A Jack White le obsesiona lo retro y eso se percibió a inicios del milenio con White Stripes, uno de los que marcó el renacimiento del rock alternativo a punta de fusionar post punk de los 70 y new wave de los 80. White, quien ayer cumplió 39 años, es dueño del récord Guinness de la grabación más rápida del mundo, en el formato de vinilo, el cual está prácticamente en desuso en medio de la tecnología digital. El 19 de abril pasado produjo en tres horas y 55 minutos el sencillo ‘Lazaretto’, que también da nombre a su actual disco. Como defensor del vinilo, White presentó la edición Ultra LP de ‘Lazaretto’, que no que solo crea un holograma cuando gira, sino que también contiene impresionantes extras. En la versión vinilo de su último trabajo discográfico, los fans pueden ver mientras gira el holograma de un ángel por encima de las ranuras. Esta es la primera vez que se utiliza una técnica así en la historia de los vinilos, una figura que ha sido grabada a mano por el artista Tristan Duke, de Infinity Light Science. Además, el Ultra LP trae escondidas dos canciones inéditas entre las etiquetas centrales. Uno de los tracks ocultos se reproduce a 78 RPM, mientras el otro lo hace a 45 RPM, lo que hace de este álbum uno de tres velocidades (la restante es a 30 RPM). En el lado B del sencillo ‘Just one drink’ hay dos introducciones distintas: una acústica y otra eléctrica que se fusionan en un solo tema. La cuestión es analizar el perfil ‘vintage’ de este músico oriundo de Detroit, que ahora reside en Nashville. Es cuestión de verlo en Third Man Records, su disquera y prácticamente segundo hogar. Todo lo tiene cerca de él: su casa, el estudio y más, todos estos en un área que comprende tres hectáreas y que incluye también la cancha de tenis. Asimismo abarca una fila de edificios anexos donde White pasa gran parte de su tiempo. Al final está el estudio de grabación que solo tiene dos espacios: uno para los músicos y otro para el técnico. “Lo quería pequeño. Cuando estamos trabajando quiero tenerlos cerca, concentrados, que sientan que estamos juntos, que no puedes perderte por ningún lado ni ponerte a navegar por Internet”, explica White, quien antes de alcanzar la fama desempeñaba un oficio insospechado: el de tapicero. Tiene una mesa de mezclas de 16 pistas. “Es poco, pero me gusta que todo sea simple”, agrega el exmiembro de White Stripes, que integraba con su exesposa, la baterista Megan White. Jack comparte la custodia de sus hijos Scarlett y Henry con su segunda exesposa Karen Elson, modelo y cantante. La pareja se conoció en 2005 en el rodaje del video ‘Blue Orchild’, de los White Stripes, que ella protagonizó. Se casaron ese mismo año en una pequeña ceremonia en el Amazonas, en Brasil. Volviendo a su mundo y al proceso creativo de ‘Lazaretto’, White empezó a refugiarse en 2012, durante los descansos de la gira de ‘Blundergrass’, su anterior disco. Lo hacía con los miembros de sus dos bandas, la masculina los Buzzards, y la femenina las Peacocks, e hizo enormes cantidades de canciones (o más bien maquetas) para lo que entonces sería ‘Lazaretto’. Durante el siguiente año y medio depuró esos temas añadiendo elementos nuevos, remezclando y uniendo tomas. Joshua Smith, el productor, ha llegado al estudio durante una de las tantas sesiones. White toma un walkie-talkie y se dirige hacia donde está su auto Tesla Model S., mientras su compañero opera un transmisor de FM de corto alcance desde el estudio. Ahí comienza a emitir una maqueta de la toma desechada de Lazaretto. White sintoniza el dial para captar la señal de Josh y sube el volumen. “Así es como mezclo mis discos ahora”, dice. Para muchos periodistas es inevitable abordar el tema Meg. Él igualmente responde: “No creo que alguien hable con Meg. Siempre ha sido una ermitaña. Cuando vivíamos en Detroit, yo tenía que ir a su casa si quería hablar con ella, así que ahora casi nunca hablamos”. White describe a Meg como alguien emocionalmente reservado al extremo. “Demasiado fría incluso cuando hacíamos música. Incluso al terminar alguna sesión simplemente continuaba inexpresiva, en silencio”. Pero White reconoce que puede ser duro convivir con él, porque es despiadadamente crítico. Jack White nació como John Antony Gillis, el menor de diez hermanos, en 1975 (tomó el apellido de Meg cuando se casaron). Su padre Gorman (quien falleció a los 79 años en 2006) era empleado de mantenimiento de la Arquiodiócesis de Detroit; su mamá, Teresa, aún labora en el sector administrativo, a sus 83 años. Fan del rock duro, a White le gustaban Helmet, AC/DC y Led Zeppelin en sus años de colegio. A principios de los 90, tocando batería y guitarra, ya era un fijo del circuito del rock underground de Detroit. En la escena predominaba la teatralidad: uno de los grupos en los que White tocó, un conjunto de country-punk llamado Goober and the Peas. No obstante, White presta atención a la música pop y le emocionan muchos artistas que uno no se esperaría. Describe a Daft Punk como “alucinantes” y adora a Jay Z, con quien ha trabajado en varios temas sin acabar. Si White no está en casa o en gira, lo más probable es que se encuentre en Third Man, su trinchera en la que da rienda suelta a lo retro.