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El Telégrafo

Una asociación ecuatoriana de seguidores destaca bondades del juego

Los Pokémones 'invaden' zonas históricas y turísticas

Los jóvenes estuvieron en la entrada de la Universidad de Guayaquil, junto a la imagen de Salvador Allende, para cazar pokémones.
Los jóvenes estuvieron en la entrada de la Universidad de Guayaquil, junto a la imagen de Salvador Allende, para cazar pokémones.
Foto: Alfredo Piedrahíta / El Telégrafo
05 de agosto de 2016 - 00:00 - Redacción Quito y Guayaquil

Julio Ortiz, de 30 años, conoció a Pokémon, en 1998, cuando vio la serie de televisión. Un canal transmitía el anime basado en el videojuego del japonés Satoshi Tajiri.
Cuando tenía 12 años, sus padres le regalaron una figura de Pikachu. Él jugaba con sus amigos a encontrarlo.

Hoy Ortiz volvió a la búsqueda. Descargó el juego Pokémon Go, en su celular, para reencontrar las figuras de su infancia. Miles de jóvenes, como él, ahora caminan por las calles con el celular en las manos. Su objetivo es “cazar” una figura.

El psicólogo Roberto Albán sostiene que un bien cotizado por la industria es la nostalgia: retorno de bandas musicales, secuela de películas, adaptación de cómics... “Regresar un adulto a su niñez es una victoria (de la industria)”. La empresa Start App informó que el 90% de las descargas a celulares fue de personas de 18 a 34 años.

Para Belizabeth Montilla, psicóloga clínica y docente de la Universidad de las Américas, la persecución de pokémones puede convertirse en una obsesión; a pesar de que aún no se registran brotes psicóticos o crisis maníacas.

Según el sociólogo chileno Guillermo Sepúlveda, Pokémon Go transforma el modo en el que la humanidad se relaciona socialmente.

Pero en diversas partes del mundo se han registrado problemas, debido a que los jugadores se dejaron llevar por la emoción y se olvidaron del entorno.

En Estados Unidos ya se han dado robos de celulares por caminar distraídos y en Alemania un hombre estrelló su carro contra un árbol por jugar mientras conducía.

Por ese motivo, la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) inició una campaña de educación para que los ciudadanos presten atención cuando vayan por las vías. “Jugar Pokémon en la Vía... Te puede dejar sin vida, o sin megas”, reza en las cuentas de Twitter de dicha institución.

Los especialistas, sin embargo, coincidieron en que el juego, per se, es sano. Incluso, países como Chile, destacan que ha servido para que se visiten lugares históricos. Visto desde la psicología técnica conductual -indica Montilla- el juego ayuda a tratar casos de depresión “No es un remedio, pero sí ayuda a motivar y subir el ánimo”.

En el país, desde 2010, existe la Federación Ecuatoriana de Pokémon. Tiene 60 miembros activos y 300 inactivos (intermitentes).

Daniel Quezada, su fundador, expresa que el juego genera interacción. Señala que las personas cambian la pantalla de televisión o de la computadora por salir a las calles a ‘cazar’ con celulares. “Obliga a caminar y a dejar a un lado el sedentarismo”. (I)

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