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Nueva reforma de la educación divide a Francia

El presidente François Hollande recalcó el apoyo a la reforma de la ministra denunciando el "concierto de los inmóviles" que defienden "intereses particulares". Foto: AFP
El presidente François Hollande recalcó el apoyo a la reforma de la ministra denunciando el "concierto de los inmóviles" que defienden "intereses particulares". Foto: AFP
13 de mayo de 2015 - 08:58 - Agencia AFP

La guerra escolar se reavivó en Francia a raíz de un proyecto de reforma de la enseñanza media, que apunta a corregir un sistema desigual, pero que, según sus detractores, plantea el riesgo de nivelar por lo bajo a los alumnos.

La oposición al proyecto, primeramente manifestada entre docentes e intelectuales, se extendió al tablero político con fuertes críticas de la oposición de derecha a la ministra de Educación, Najat Vallaud-Belkacem, a la que, en respuesta, el ejecutivo socialista defendió firmemente.

El expresidente y líder de la oposición de derecha Nicolas Sarkozy acusó a la ministra de 37 años de rivalizar en "mediocridad" con su colega de Justicia, Christiane Taubira.

Ese ataque fue denunciado por la izquierda como "levemente xenófobo", ya que la ministra de educación es de origen marroquí y la de justicia, natural de la Guayana francesa, es negra.

Como telón de fondo se oponen dos concepciones de la educación que alimentan los debates desde hace años en Francia: una visión igualitaria que pide la misma educación para todos los alumnos, y otra más "elitista" que considera que hay que distinguir a los de más mérito.

La prueba de que el tema es más que candente en el país es que de las diez manifestación más importantes realizadas en París desde 1945, dos concernían reformas educativas: en 1984 las escuelas privadas y en 1986 las universidades.

Esta vez el conflicto concierne los colegios de enseñanza media, estructura de enseñanza entre la escuela primaria y los estudios secundarios que recibe a los alumnos de entre 11 y 15 años. Desde 1975, el colegio se dice "único", ya que debe dar la misma enseñanza a todos para corregir las desigualdades sociales.

No obstante, existen grandes diferencias entre los establecimientos de los centros de las ciudades y los de los barrios populares, e incluso dentro de un mismo colegio a raíz de las opciones de aprendizaje. Por ejemplo, elegir alemán como primera lengua de estudios o latín como opción permite a los alumnos formar parte de las mejores clases.

Se considera que cerca 150.000 alumnos salen anualmente del sistema escolar sin diploma.

Furor antielitista

Para luchar contra ese fenómeno, Najat Vallaud-Belkacem presentó en marzo su reforma, que da más autonomía a los colegios y refuerza los proyectos interdisciplinarios y el acompañamiento personalizado de los alumnos.

La reforma prevé asimismo suprimir las clases bilingües, que benefician a una minoría, para generalizar el aprendizaje de una segunda lengua extranjera a partir de los doce años, y limitar las opciones de latín y griego para desarrollar proyectos sobre las culturas de la antigüedad.

Docentes e intelectuales manifestaron su oposición a una pérdida de la diversidad lingüística reemplazada por un "barniz de cultura". Varios sindicatos de profesores llamaron a una huelga el 19 de mayo para oponerse a la reforma.

La polémica trasciende las fronteras tradicionales derecha-izquierda. Ejemplo de ello, el ex primer ministro socialista Jean-Marc Ayrault, profesor de alemán de profesión, reclamó que el texto fuera modificado.

Por su parte, la oposición de derecha pide que la reforma sea retirada pura y simplemente. Una petición al respecto fue firmada por 230 parlamentarios de derecha.

El filósofo Alain Finkelkraut denunció un "furor antielitista" de Najat Vallaud-Belkacem, estimando que "promete el éxito para todos y baja continuamente el nivel de exigencia".

En cambio, la reforma de la ministra fue apoyada por asociaciones de padres de alumnos, especialistas de pedagogía y las más altas autoridades del Estado.

El presidente François Hollande recalcó el apoyo a la reforma de la ministra denunciando el "concierto de los inmóviles" que defienden "intereses particulares". Por su parte, el primer ministro Manuel Valls prometió que la reforma se aplicará y denunció los "ataques personales" de que es objeto la ministra de Educación. (I)

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