Las memorias de Ambato se conservan en un museo
Edmundo N. Martínez, Pachano Lalama, Juan Montalvo y Eugenia Mera, a más de ser los nombres de destacados ciudadanos y familias ambateñas, constituyen importantes museos de Ambato.
Estos son parte de la Ruta de las Pinacotecas e Historia de la ciudad. No obstante, el punto central de dicho recorrido es la sala de Ciencias Héctor Vásconez Salazar.
Se encuentra al interior de la centenaria edificación del colegio Bolívar. Ubicado en pleno corazón de la urbe, este espacio se ha convertido en el preferido por propios y extraños para conocer las memorias, arte, ciencia, y cultura de Tungurahua.
Once salas de historia y ciencia
El museo Héctor Vásconez Salazar está ubicado en el ingreso principal del añejo edificio y se divide en 11 áreas.
En cada una de ellas se puede apreciar muestras permanentes de numismática y filatelia (monedas y billetes), fotografía antigua, zoología, botánica, petrografía (rocas y minerales), etnografía (atuendos), arqueología y anatomía humana.
La sala de zoología tiene 288 especies disecadas, entre ellas un elefante. Perteneció a un circo, tras fallecer fue rescatado y embalsamado por personal del museo.
De acuerdo a Cristina León, responsable del lugar, la pinacoteca empezó a funcionar en 1920, con una colección de zoología que fue adquirida por Víctor Garcés, rector del colegio Bolívar de aquel entonces.
“En lo posterior se compró otros artículos y se recibieron donaciones que provinieron de las cuatro regiones. En la actualidad están registradas 1.304 aves, 288 mamíferos, 41 especies de reptiles anfibios, así como 564 especies de crustáceos, moluscos y equinodermos (invertebrados marinos)”, dijo.
De igual forma se pueden apreciar 161 reptiles conservados en frascos, 41 fenómenos naturales (especies con malformaciones y curiosas particularidades), 1.855 insectos en cajas, 766 piezas arqueológicas, 124 de etnografía, 229 de petrografía, entre otras muestras.
“En total se exhiben 7.167 objetos en el museo. Cristina es quien guía a los grupos de visitantes, ella relata durante el recorrido interesantes historias y fábulas de la ciudad; además de fragmentos de la vida de los Tres Juanes y más personajes famosos de la urbe”, dijo Pedro Reino, cronista oficial de Ambato.
Muestra fotográfica
Otro de los espacios que llama la atención de los turistas es la sección fotográfica. Allí se encuentran retratos de los volcanes Tungurahua y Cotopaxi, durante las erupciones de inicios del siglo pasado, así como imágenes de lugares insignes de la capital tungurahuense.
“Es fascinante mirar que entre 1910 y 1920 ya se hacían fotografías, aunque muy básicas, de nuestros paisajes y accidentes geográficos. En ellas se observa la expansión demográfica que ha tenido Ambato y las modificaciones topográficas que provocaron los sismos más fuertes del siglo pasado”, explicó Lorena Martínez, docente primaria.
En total hay 94 retratos antiguos, en ellos se distingue gran parte de los paisajes y lugares que describen los Tres Juanes en sus textos.
“Fueron captados por Luis y Nicolás Martínez, en el siglo XX. Estas causan asombro y motivan a los visitantes a tomar fotos y videos. Una de ellas muestra el primer ómnibus (unidad de transporte muy antiguo y rudimentario) que trasladaba pasajeros desde Quito a Ambato”, agregó León.
Junto al lugar hay vitrinas que exhiben insectos, especialmente mariposas con llamativos colores y figuras.
Número de visitantes
Durante los cinco días en que se desarrolla la Fiesta de la Fruta y de las Flores (FFF), entre febrero y marzo, de acuerdo a Cristina León, ingresan al museo un promedio anual de 6.067 personas.
“Esa es la temporada más intensa del año y se trabaja en horario extendido. Luego, en promedio entran 2.500 observadores por mes; llegan de la Costa, de las provincias del norte, la región y de la Amazonía”, aseguró.
Ingresar al museo cuesta $ 1 por adulto, $ 0,50 los colegiales y $ 0,25 centavos para preescolares. Está abierto de lunes a viernes, de 08:30 a 12:30 y de 14:30 a 18:30. (I)
