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El Telégrafo
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Hipertensión aumenta riesgo de daño cerebrovascular en un 40%

Hipertensión aumenta riesgo de daño cerebrovascular en un 40%
07 de abril de 2013 - 00:00

La sensación de percibir que el televisor se movía  fue una de las primeras señales que alertó a  Luis Ortiz, de 65 años, de que algo no andaba bien en su salud, por lo que decidió acudir a uno de los principales dispensarios del Seguro. Eso ocurrió en octubre del año pasado. 

Recuerda que ese día -sin precisar la fecha- apenas llegó al centro hospitalario una enfermera le tomó la presión y la tenía en 150-100.  Posteriormente, le pidieron que se tranquilizara  y  volvieron a tomársela. Fue  en ese momento, entonces, que se enteró de que era hipertenso.   
Desde aquella fecha  Luis dice que su vida se vio modificada. “Ya había dejado de tomar, era de esos que tomaba los fines de semana y fumaba cinco cigarillos diarios por  ansiedad cuando era guardia de seguridad de una empresa. El tabaco lo eliminé por completo, pero aún me tomó un traguito al mes. He pasado de convertir a este enemigo silencioso en mi amigo”.   
En Ecuador, existen 1.373 casos de hipertensión arterial por cada 100 mil habitantes, según se calculó el año pasado en  un informe del  Ministerio de Salud.

A nivel mundial esta enfermedad  anualmente  acaba con la vida de aproximadamente 9,4 millones de personas. 

Esta razón  fue suficiente para que   la Organización Mundial de la Salud la   fijará como  tema a tratar en la celebración  que hoy realiza la entidad fundada en 1948, el Día Mundial de la Salud.

Para Alfredo Palacio, director del  Instituto Nacional de Cardiología Alfredo Palacio (INCAP),   el que la hipertensión este año haya sido considerada  como  la enfermedad con más importancia tiene sus razones bien justificadas. “Es muy importante porque se ha demostrado que es mucho mayor la mortalidad por  enfermedades crónicas   que por las  de índole infecciosa. Las enfermedades crónicas son básicamente cuatro,  las cardiovasculares, el cáncer, diabetes y las pulmonares, las mismas que producen el 60% de las muertes en el mundo. De estas por lo menos el 30% son cardiovasculares y entre ellas tenemos la hipertensión como la más seria”.

 

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Según el cardiólogo, los factores que contribuyen a que se origine una  hipertensión arterial  son muchos, entre ellos menciona el consumo del cigarrillo, el alcohol, el  sedentarismo y la obesidad. 

“Antes veía infartos en personas de 70 años, ahora vemos personas con infartos a los 30 ó 40  años. En este siglo  he visto mucho de lo que no se veía en el siglo pasado, hipertensos de 20 años en comparación con los  hipertensos secundarios por tumor suprarrenales, que se trataban y se curaban.  Esto solo responde a que el estilo de vida ha cambiado”.

Con ello  concuerda la doctora  Martha Montalván de Tettamanti, coordinadora Hospitalaria de Medicina de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo,  quien  indica que “la mayoría de las personas en nuestro país son hipertensas y diabéticas, dos patologías que, cuando vienen juntas, representan algo conocido  como asociación ilícita.

“Ahora chicos de 15 años son hipertensos. Esto se debe al consumo exagerado de   sal, pues lo normal  es comer tres gramos al día”, asegura Montalván.

No obstante, según Zayda Betancourth, subsecretaria Nacional de Prevención y Promoción de la Salud, en Ecuador aún no existen estadísticas que establezcan algún aumento de casos de jóvenes hipertensos. De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, el 23% de la población adulta en el país ha sido  diagnosticada con este mal. “Esto no quiere decir que debemos concentrar nuestras acciones en el grupo adulto, sino que debemos hacerlo para que la juventud, la adolescencia lo entienda”, puntualiza Betancourth. 

Precisamente, para hacer conciencia,  el Ministerio de Salud organizó  una ciclorruta en Quito con la que se une a la celebración de la Organización Mundial de la Salud.

La doctora Betancourth explica que el principal objetivo del programa es promover el ejercicio activo. “Es importante realizarlo para mantener un peso adecuado, pero a más de eso para mejorar la circulación sanguínea, el  constante bombeo. Cuando existe la presión arterial alta el corazón está bombeando y las arterias tienen tensión y no pueden enviar toda la sangre que  necesitan los órganos   para mantenerse. Con los ejercicios estos se reduciría”
Agrega que otra de las cosas importantes del ejercicio es que éste  permite que el organismo segregue una sustancia, el óxido nitrógeno, que limpia las paredes internas de las arterias.

“Un mecanismo esencial para que la presión arterial disminuya, pero también se requiere mantener una buena alimentación”, señala Betancourth.      

La subsecretaria de Salud reveló,  durante la presentación del   programa de ciclorrutas que  durará  todo el mes de  abril, que  la ministra  Carina Vance firmará un reglamento para regular la distribución de alimentos procesados, ya que estos inciden en la obesidad, una de las causas de la hipertensión.

El evento arrancará  a las 08:00 en tres puntos de la capital. El primero, al norte (en avenida Amazonas); el segundo  en la tribuna sur, y el último, en la plaza 24 de Mayo, en el que participarán autoridades del Ministerio, de Inclusión y de Ambiente.

Ernesto Peñaherrera, cardiólogo  del Hospital  Luis Vernaza, considera que el aumento de casos de personas hipertensas se debe a que a pesar de que la OMS declaró a la hipertensión arterial como una    epidemia mundial, su impacto no ha sido tan difundido, ni tan entendido.

“Cuando se dice  que la gripe es una epidemia, las personas acuden de inmediato a los centros de salud, pero por la diabetes  y la hipertensión que mata mucho más  no hemos hecho demasiado concienciación”, expresa el galeno,  especialista en hipertensión arterial.

De hecho, Peñaherrera asegura que el paciente diabético no se muere por diabetes “porque se le baja el azúcar y se soluciona”, sino  por un accidente cerebrovascular (ACV), que generalmente se deriva por una hipertensión arterial. “Si no la tuviéramos  disminuiríamos el 40% de ACV”.  

También considera  que se debe tener en cuenta  el trato al paciente.  “Al   anciano se lo trata diferente que al  joven.  Con el anciano no hay que ser tan agresivo en normalizar las cifras de presión arterial al ponerlas por debajo de 140 por 90. El joven tiene que estar debajo de esa cifra”.                 

Según señala, en las zonas donde hay  afroecuatorianos o  indígenas se presenta una incidencia más severa. “Su mortalidad es más elevada y estas personas son más vulnerables debido a que en zonas rurales de provincias como Esmeraldas o Imbabura no existen suficientes grupos especializados en tratar la enfermedad”.

Los doctores concuerdan en que un buen control en las medicinas, tomarlas a tiempo y llevar un correcto estilo de vida lograrán que  un hipertenso tenga  una mejor calidad de vida. Cosas que suenan sencillas, pero cuyo éxito depende de que quienes sufren el mal -o pueden llegar sufrirlo- entiendan la severidad de las consecuencias; para lo cual aún hace falta tomar conciencia a nivel social.

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