Quemar los cultivos después de cosechar el arroz es frecuente, una práctica común en el sector, sin embargo causa perjuicios al suelo, porque disminuye su producción, lo que también perjudica a la productividad de los arroceros. Para evitar esta mala práctica, que la aplica el 80% de los productores del país, Wellington Ronquillo y Guillermo Pisco trabajan en 4.6 cuadras de la variedad 011, cosechadas el 31 de agosto pasado y cuyo retoño casi tres meses después (soca), está madurando espiga. Ronquillo, agroempresario del sector las Maravillas, Daule y Pisco ingeniero agrónomo experto en el cultivo de la gramínea, utilizan herramientas biotecnológicas para desbloquear el suelo, bionutrir bien las socas y manejar plagas y enfermedades con el mínimo uso de químicos, en función de cuidar el suelo y producir un alimento sano y barato. El agricultor destaca que está “muy contento de mejorar la situación que estamos pasando los arroceros debido a los bajos precios, ya tengo experiencia y confiado me metí al sistema de soca, ahorrando cerca de $ 350 por cuadra de partida al no gastar en semilla, preparación del terreno y ganando un mes de tiempo para obtener una nueva cosecha”. Se trata de un proceso distinto al tradicional. (I)