Kitu, el cóndor bebé que eclosionó de forma silvestre en las estribaciones occidentales de Quito -el 15 de noviembre de 2017-, murió instantáneamente tras caer a un abismo desde 60 metros. Se cree que el fuerte temporal que vivió Quito influyó en el percance natural. “Los índices de mortalidad en polluelos de estas aves suelen ser altos y las caídas de los nidos muy comunes lo que es un riesgo muy grande si consideramos que anidan a una gran altura en enormes paredones verticales”, dijo Fabricio Narváez, integrante del Proyecto de investigación del cóndor andino. Este grupo monitoreó a la pareja de cóndores durante cinco meses y presenció de forma directa la eclosión del huevo y al polluelo, al que los padres cuidaron con esmero por más de 27 días. “Es la primera vez, después de seis años de estudio y 12 eventos de anidación, que vivimos la pérdida tan prematura de un polluelo”. (I)