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Los hombres experimentan su propia versión de la menopausia

Los hombres experimentan su propia versión de la menopausia
10 de septiembre de 2017 - 00:00 - Andrea Rodríguez Burbano

Andropausia, viropausia (pausa de la virilidad), climaterio, no importa el nombre que reciba, lo que se discute en la comunidad médica es si los hombres  atraviesan o no por esta etapa. Cuando se habla de andropausia hay algo claro: a  partir de los 50 años, la vida sexual de los hombres no es ni volverá a ser lo que era antes.

Aunque algunos médicos  niegan la existencia de esta etapa masculina, hay estudios que sostienen que, tarde o temprano, los hombres presentan síntomas ligados con la andropausia.

A diferencia de las mujeres, estos cambios no suceden de un momento a otro, sino gradualmente. Esto podría ser una razón para restarle importancia.

Para el urólogo Julio César Calderón, médico del Hospital Metropolitano, la andropausia simplemente no existe.

“Los hombres no tienen andropausia. Lo que sí ocurre es que, mientras avanzan en edad, hay una disminución del deseo sexual”. Agrega que esta fase  de ningún modo es un fenómeno similar a la menopausia femenina.

Contrariamente a lo que señala Calderón, un estudio realizado publicado en The Aging Men Journal advierte que los hombres sí sufren un proceso similar al de las mujeres. La investigación indica que, aunque no es predecible como en las mujeres, la andropausia podría ser una condición genuina. Este informe se basa en investigaciones desarrolladas con 25.000 hombres. A ellos les midieron sus niveles de testosterona durante 25 años.

De esta manera se demostró que cuando hay factores como la obesidad, alcoholismo y  desórdenes hormonales se exacerban los síntomas de andropausia, que incluyen calores en las noches.

Lo interesante es que estos mismos efectos y la disminución de la hormona masculina se constataron en individuos sanos. De ahí que la reducción paulatina de la testosterona es la principal causa de la andropausia, fenómeno similar con el estrógeno en las mujeres.

Este descenso gradual en la producción de testosterona se acompaña con cambios de actitud y estado de ánimo, pérdida de energía, fatiga y agilidad física.

A diferencia de la menopausia, la andropausia es un proceso lento. También produce molestias, pero para el hombre esta transición puede extenderse durante décadas.

Para quienes aseguran que la andropausia sí existe, se manifiesta de forma diferente de un hombre a otro; incluso algunos mantienen altos niveles de testosterona toda su vida.

El bajón hormonal del hombre

Para el médico Manuel Fernández, a partir de los 40 años se evidencia una reducción lenta y paulatina de los niveles de testosterona.

De hecho, se estima que esta hormona disminuye a razón de 1% anual. Es frecuente que a los 55 años este problema se  torne más notorio.

El especialista señala que no es correcto comparar la menopausia con esta disminución progresiva de la testosterona.

 “No es adecuado hacer una analogía porque son procesos distintos. La menopausia es un fenómeno bastante regular que le ocurre a todas las mujeres y marca el fin de la etapa reproductiva. La baja de la testosterona no afecta a todos los hombres, es un proceso más gradual y no está ligado con la capacidad de procrear”.

Asegura, además, que la andropausia como diagnóstico clínico no existe. En otras palabras, es un término coloquial que engloba la crisis masculina de la edad madura.

A partir de los 50 años, los problemas existenciales en un hombre también se manifiestan con cierta regularidad, pues su fuerza muscular habrá descendido, al igual que su rendimiento sexual, lo cual provoca una crisis de la edad madura.

Así como existen tratamientos para reducir los síntomas de la menopausia, la andropausia se trata con métodos alternativos, incluidos los suplementos naturales, cambios en la dieta y estilo de vida.

Estos tratamientos incluyen consumir más calcio y vitamina D para ayudar a aquellos que han perdido la densidad ósea y los suplementos para combatir la pérdida de la masa muscular.

Hay urólogos que también recomiendan someterse a un régimen de entrenamiento para la resistencia cardiorrespiratoria que sea apropiada para la edad del paciente y su condición física. Esto puede ser tan simple como un programa para correr o incluir ejercicios aeróbicos específicos.

Al mismo tiempo, una rutina de ejercicios puede promover mayores niveles de testosterona  y también mejora el estado de ánimo del paciente. Los programas de entrenamiento de resistencia incrementarán la fuerza física del hombre.

El ángulo de la erección, un dato revelador

Los especialistas, en ciertos casos, utilizan diferentes formas de medir la reducción de las hormonas que pueden provocar tipos de impotencia.

Una de ellas es el cambio del ángulo de erección que se da con el transcurso de los años.

Según un estudio desarrollado por el  Centro de Estudios sobre Viropausia, de Massachusetts, hay que tomar como parámetro la línea horizontal. Es así que un hombre, entre los 20 y los 70 años, pierde 35 grados de su ángulo de erección.

Este aspecto es el único en el cual el hombre mejora entre los 20 y los 30 años, pues en todos los otros aspectos biológicos hay una decadencia.

También se ha descubierto que con el transcurso de los años la erección es más susceptible a las distracciones.

El timbre del teléfono; el contestador automático o el llanto de un niño no afectan a un hombre de 25 años, pero torna, de manera transitoria, a un estado de flacidez en un hombre de 50 años.

Los hombres asumen la andropausia

La literatura científica disponible sobre la menopausia es mucho mayor que la existente sobre la andropausia. De hecho, los hombres son más reticentes que las mujeres a  admitir que tienen determinados problemas ligados con el envejecimiento. La psicóloga Marina Castro se pregunta: ¿Qué harían los hombres si sintieran las molestias de las mujeres? Aunque la respuesta siempre será difícil, en la mediana edad parece que los malestares femeninos y masculinos se encuentran. La menopausia y la andropausia, dicen los especialistas, trastocan la vida de hombres y mujeres por igual.

“Para quienes tuvieron hijos es una etapa en la cual la vida da un giro dramático: los hijos crecieron, algunos comienzan a dejar el hogar y hay más tiempo para pensar en la vejez y, por supuesto, en la pareja”.

Aunque hay evidencias científicas de que en esta etapa el deseo sexual desaparece, hay otros estudios que demuestran lo contrario, como el desarrollado por la Universidad de San Diego, donde se destaca que en la mayoría de las mujeres el deseo no disminuye, pero el cambio hormonal provoca algunos problemas físicos, como falta de lubricación vaginal, incontinencia urinaria, cistitis crónica, entre otros síntomas.

Para Marina Castro,  la llegada de la menopausia no tiene por qué menoscabar la calidad de las relaciones íntimas. Si bien se necesita más tiempo para llegar a la fase de excitación y que la vagina empiece a lubricar, esto no significa que la pareja tenga que renunciar al contacto íntimo.

 Otro cambio que se produce con la menopausia es la pérdida del tono muscular del suelo pélvico, lo que, junto con la sequedad vaginal, hace que las contracciones que se producen durante el orgasmo sean menos intensas y duraderas.

En este caso, la gimnasia pélvica ayudará a la mujer a mantener el control de estos músculos y con ello la intensidad de sus orgasmos.

Es importante ser consciente de que se puede y se debe disfrutar de la sexualidad a cualquier edad y que la menopausia libera a la mujer del peso emocional de un posible embarazo.

Existen coincidencias al señalar que la andropausia y la menopausia son una prueba de fuego en la pareja.

Las edades del sexo

En una publicación del psicólogo clínico español Miguel Ángel Cueto, se argumenta que los deseos sexuales cambian y se modifican con los años. “A lo largo del desarrollo evolutivo de la sexualidad se dan determinadas variables: la biológica (es decir cómo cambia nuestro cuerpo), la consideración social (cómo los condicionantes culturales creen que se debe vivir la sexualidad) y la psicología (la visión que yo tengo, la elaboración cognitiva sobre el sexo).

Lo que sugiere esta investigación es que cada instante merece ser vivido, según las necesidades de cada momento, de cada etapa de la vida.

Por ejemplo, a partir de los 50 años, cuando terminan las pasiones juveniles, está más claro lo que uno quiere y la sexualidad se vive con más profundidad que a edades tempranas. Además, las capacidades adquiridas y las libertades potencian más el apetito sexual.

En lo que se refiere a los hombres, las erecciones tardan algo más en llegar (entre diez y quince segundos), el ascenso testicular es más lento y la masturbación disminuye.

Aunque se producen cambios importantes, no se trata, como algunos piensan, del principio del fin, sino del paso de la primera a la segunda etapa de la adultez, eso no impide  a los hombres continuar siendo apasionados.

La psicóloga Marina Castro dice que muchos pasan esta etapa de su vida sin grandes problemas.

Otros la asumen como un período natural con nuevos desafíos, por lo general más espirituales y menos impetuosos que en su etapa juvenil.

Un tercer grupo sucumbe ante el desastre y busca drogas y alcohol, incluso puede caer en una depresión prolongada que tiene que ser tratada por un especialista.

Recomendaciones

- Los médicos sugieren que los hombres acudan al urólogo y se realicen revisiones preventivas a partir de los 50 años, incluso si no tienen síntomas.

- Los problemas físicos y psicológicos derivados de cambios hormonales afectan a  hombres y mujeres.

- La andropausia o síndrome de déficit de testosterona es un proceso que afecta al 82% de los hombres. No es un tan drástico como en la mujer, es más lento y progresivo. (I)

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