Desde hace 7 años, Javier Durán, un arquitecto de profesión, no ha parado en sus proyectos. La Universidad de Cuenca se ha transformado convirtiéndose en un sitio con menos cemento y más áreas verdes.   

En esta oportunidad el profesional, de 50 años, ganó la Bienal organizada por el colegio de Arquitectos de Quito denominada Diseño Urbano y Paisaje  Durán.

Junto a su equipo participó en la categoría Urbanismo y Paisaje, con una propuesta de trabajo que involucra al Campus de la Universidad de Cuenca.

El proyecto, llamado ‘Rediseño del Campus de la Universidad de Cuenca’, tuvo como objetivo la recuperación de áreas verdes en su interior, que conforman una extensión del corredor natural del río Tomebamba.

Este corredor se complementa con las construcciones del Barranco, que divide a la ciudad de lo colonial y lo moderno, convirtiendo al Campus Universitario en un articulador estratégico para Cuenca.  

Por tal motivo, el proyecto propuso la transformación física, ambiental y funcional del campus, pasando de un recinto a un parque universitario.

Este cambio se planteó a partir de 4 estrategias: rehabilitar espacios físicos, recuperar y fomentar áreas verdes, instaurar accesos y caminos inclusivos y generar espacios públicos.  

Con esta intervención, la Universidad de Cuenca proporciona un equipamiento educativo y urbano que sirve a la comunidad universitaria y a la ciudadanía en general, además de ser una reserva verde de recuperación y conservación de vegetación nativa del austro.

Rehabilitación de espacios

Según Durán, con el objetivo de alcanzar una educación de calidad acorde con los estándares actuales se propició la readecuación y construcción de una serie de equipamientos en el campus.

Este proceso partió de la escala y formalidad existente. Los proyectos de mayor incidencia son la readecuación del Teatro Carlos Cueva Tamariz; la construcción del Aulario de la Facultad de Psicología; la ampliación del Aulario de la Facultad de Filosofía y la rehabilitación de la antigua Escuela y Comunidad de Madres Dominicas.

En cuanto a las áreas verdes, se reemplazaron superficies de pavimento rígido por césped, para ampliar el piso permeable y mejorar la biodiversidad.  

La siembra de más de 3 mil plantas, 100 especies nativas de árboles y herbáceas, regeneró el paisaje natural del campus, convirtiéndolo en un parque diverso de flora y fauna que favorece la coexistencia de aves.  

En tanto que la captación de aguas pluviales incrementó la cantidad de agua subterránea para el sistema integral de riego.

La recuperación de áreas verdes fue el principal objetivo del arquitecto Javier Durán, para transformar este establecimiento educativo y hacerlo más amigables para los estudiantes.

El proyecto también hizo que disminuya el acceso para vehículos, pues hasta hace 10 años varios de los sectores de este centro de estudios se convirtieron en acceso directo para carros, lo cual dañaba la estética.

De la misma manera se plantea una red donde prima la ruptura de las barreras arquitectónicas y prioriza la circulación para las personas con discapacidad.

Esta modifica la manera de movilizarse dentro del campus, por lo que se reduce la importancia del transporte vehicular con la ampliación de veredas y espacios públicos.  

Las circulaciones peatonales se organizan a partir de 3 recorridos principales en sentido norte-sur, este-oeste, desde los cuales se derivan ramificaciones secundarias que conectan los diferentes edificios y accesos.

Espacios públicos

La recuperación y creación de espacios públicos que complementan la función primaria del campus constituye una pieza clave en la consolidación del proyecto como parque urbano.

Se proyectaron zonas de estancia distribuidas en plazas construidas con materiales cerámicos y pétreos en las áreas verdes y jardines. Allí los árboles generan espacios de sombra que protegen el mobiliario.

Además, se dispuso en puntos estratégicos el equipamiento menor como pabellones de estudio, cafeterías y parqueaderos de motos-bicicletas, que son muy utilizados por los estudiantes de las diferentes facultades.

El estudiante Franklin Mosquera mencionó que “ha cambiado mucho la Universidad, ahora tiene más espacios verdes y zonas donde podemos incluso descansar”.

Él manifestó que con todos estos cambios se ha ahuyentado a la gente que llegaba a robar o a  cometer cualquier delito.

“Los tiempos han cambiado, esta es otra universidad, en la que se le da importancia más al estudiante que a los vehículos o cosas materiales”.

Para el arquitecto, creador de estos cambios, todo este proyecto comenzó hace 7 años, cuando se formó la Unidad de Planificación Física de la Universidad de Cuenca.

Proyectos ejecutables

En ese entonces se armó el equipo de trabajo con varios profesionales: unos con poca y otros con mucha experiencia. Esto se ejecutó por pedido de Jaime Astudillo, en ese entonces rector de la Universidad. “Allí comenzó este proyecto con gente joven, con ideas nuevas y deseos de salir adelante”.

Al inicio se decidió trabajar en la remodelación del Teatro Carlos Cueva, que es parte de la universidad y es considerado como un lugar emblemático.

Paralelo a ello se presentaron proyectos en la época del rector Fabián Carrasco y “se planteó un sueño”, que era el de transformar el Campus Universitario en un espacio verde, por eso se decidió que no se construyan más edificios allí.

“Lo que se presentó en la Bienal de Quito fue la rehabilitación del espacio verde de la Universidad, pero está pendiente dentro del proyecto el parqueadero que podría ser construido en la parte baja de la cancha de fútbol”.

El arquitecto resaltó que desde entonces el proyecto se enmarca en convertirlo todo en áreas verdes “y sacar el cemento de la Universidad”.

Para Durán, construir o no el parqueadero dependerá de las autoridades universitarias. “Lo que se pretende es una extensión del parque lineal”.

Su área operativa

La Universidad de Cuenca se levanta en infraestructura sobre 13 hectáreas de terreno.

Si bien en este campo no se construirán más edificaciones, el sector de Balzaín será el que cobije a los futuros estudiantes y es donde se levantarán 4 bloques destinados para el área técnica.

Durán no solo ha obtenido este premio. También ha ganado 4 bienales.

En 2008, ganó el primero con la remodelación del parque Víctor J. Cuesta; en 2012, con la estructura de la Facultad de Psicología; y en 2014, con el campo Paiguara de Gualaceo, que es una de las escuelas del Milenio. “Tengo añoranza y alegría al ver cómo han cambiado y conservado los sectores”. (I)

Datos

Javier Durán en sus primeros años, luego de graduarse de arquitecto, trabajó en la empresa privada y luego fue a España.

El arquitecto cuencano estudio 5 años en Barcelona, pero también tuvo la oportunidad de trabajar junto a profesionales de Europa.

Buena parte de su trabajo lo ha realizado junto a su esposa María Augusta Hermida.

Los estudiantes muestran su satisfacción por los cambios que se han registrado al interior de este centro de estudios. (I)