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El Telégrafo
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Pese a ser una de las provincias más productivas del país, la demanda anual del líquido vital sobrepasa la oferta disponible

32 mil hectáreas de fuentes hídricas son el 'tesoro' más preciado de Tungurahua

Los sistemas lacustres de los páramos tungurahuenses conservan gran parte de la reserva hídrica de la provincia. Los comuneros colaboran en la vigilancia y monitoreo permanente de la flora y fauna.
Los sistemas lacustres de los páramos tungurahuenses conservan gran parte de la reserva hídrica de la provincia. Los comuneros colaboran en la vigilancia y monitoreo permanente de la flora y fauna.
Foto: Roberto Chávez / EL TELÉGRAFO
12 de agosto de 2017 - 00:00 - Carlos Novoa

Ambato.-

Si bien Tungurahua es una de las provincias más productivas de la Sierra centro, es a la vez una de las más secas. Según la unidad de Recursos Hídricos de la prefectura el requerimiento anual de agua en los nueve cantones es de 1.930 millones de metros cúbicos, lo que rebasa la oferta disponible de 1.156 millones de metros cúbicos.

Por tal motivo el cuidado y mantenimiento de los páramos, ‘imanes’ naturales de la lluvia, son necesidades esenciales de las autoridades y actores sociales.

Desde hace una década una importante iniciativa local tiene como misión preservar sin contaminación los humedales y sistemas lacustres, a fin de garantizar que hogares y cultivos de la provincia reciban el fluido de forma continua, además de cuidar de la flora y fauna de los páramos.

Fondo de Páramos Tungurahua

Se trata del Fideicomiso del Fondo de Páramos y Lucha contra la Pobreza, creado en 2008. Este programa fue diseñado por el Gobierno Provincial y cuenta con el apoyo de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Ambato, HidroAgoyán, instituciones de cooperación internacional y asociaciones de indígenas y campesinos.

Esta unidad forma parte del Parlamento Agua, uno de los 3 ejes con los que trabaja la prefectura, y fue constituida con la finalidad adicional de generar recursos económicos que permitan el desarrollo de comunidades cercanas a las cuencas hidrográficas y  así evitar que se transgreda la frontera agrícola.

“Cuatro áreas administrativas tiene el proyecto de protección de páramos. La primera es la Junta de Fideicomiso, en la que se propone y aprueba las estrategias ambientales; el Directorio, en el que se toman las decisiones administrativas; la Secretaría Técnica, que tiene a su cargo la administración operativa de la entidad, y, finalmente, el Área Fiduciaria, encargada de la parte legal del Fideicomiso”, señaló Oscar Rojas, secretario del Fondo.

Entre los grupos campesinos que componen la unidad están la Corporación de organizaciones Cristóbal Pajuña, Corporación de Organizaciones Campesinas de Pilahuín, Unión de Organizaciones del Pueblo Chibuleo, entre otras. En este último están incluidas asociaciones de productores de tubérculos que se han beneficiado de los programas cuyo objetivo es evitar que se traspase la frontera agrícola.

“El fortalecimiento de la cadena de producción y venta de frutos, hortalizas, cereales y más comestibles sembrados hasta 3.300 metros, es clave para evitar que el límite agropecuario se transgreda. Así, en los últimos tres años la organización de ferias y gestiones para conseguir créditos que impulsen el desarrollo de Pilahuín, Echaleche, San Francisco y otros sectores cercanos, han sido fundamentales para esta tarea”, señaló Benito Masabalín, agricultor de Chibuleo.

Hasta el momento el Fondo ha generado los recursos necesarios para la conservación de aproximadamente 32 mil hectáreas de páramo en los nueve cantones. En 2008 el presupuesto inicial del Fideicomiso fue de $ 176 mil. Actualmente gracias al aporte de todas las entidades involucradas el patrimonio actual del organismo bordea los $ 2,5 millones.

“Uno de los organismos internacionales que sustenta el Fondo es la Unión Europea. Esta apoya con 610 mil euros a los proyectos de cuidado de cuencas hídricas en Pasa y Chibuleo, caseríos del sur de Ambato, y otros proyectos de conservación.

Este modelo de gestión permite proteger el ‘tesoro’ más preciado y necesario de la provincia, es decir el agua, a más de concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia de este recurso no renovable”, dijo Manuel Ainaguano, expresidente del Movimiento Indígena Tungurahua. (I)

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En la provincia, el 60% de población rural colabora para proteger el agua

Hace pocos días, la unidad de Recursos Hídricos de la Prefectura expuso los resultados de las iniciativas para el cuidado de las cuencas hidrográficas de la provincia, ante representantes del Banco de Crédito para la Reconstrucción y la Cooperación Financiera Alemana.

Esta entidad es una de las auspiciantes de los programas de protección de páramos y conservación ambiental del Consejo Provincial.

Carlos Sánchez (foto), director de la dependencia, dio a conocer que  Tungurahua es referente nacional en preservación de bosques primarios y sistemas lacustres, con colaboración de varios sectores estratégicos.

“Nos complace saber que en esta labor contamos con el apoyo del 60% de la población rural. El trabajo ha sido arduo pero con resultados favorables, pues hasta la fecha podemos decir con orgullo que hemos conseguido un reparto equitativo del agua, tanto para riego como para su potabilización; todo esto con la organización de mingas para la apertura de canales y prestación de mano de obra de los beneficiarios”, dijo Sánchez.

A más de esto el funcionario destacó la participación de nacionalidades indígenas y pueblos campesinos que residen cerca de los páramos, en la vigilancia y monitoreo permanente de las áreas protegidas y parques nacionales.

“La etnias han velado por siglos de las reservas hídricas, con una clara visión de respeto y admiración por la Naturaleza. Esto los convierte en los guardianes ancestrales y voluntarios que a la mínima acción irresponsable de un intruso, ya sea con los recursos hídricos, vegetación o fauna, dan aviso a las autoridades”.

El proyecto Chiquihurcu, del cual se obtienen 400 litros de agua por segundo para Ambato y Pelileo, es un ejemplo de distribución hídrica equitativa en Tungurahua. Otro importante sistema de agua para riego es el Ramal Norte de Píllaro, con el cual se benefician más de 3.100 agricultores en una superficie de 3.270 hectáreas. (I)

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