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Ñaupany Puma revive ceremonia ancestral inca
Un espacio dentro del Parque Arqueológico Pumapungo, en Cuenca, el mes anterior, fue destinado para una ceremonia ritual. Ñaupany Puma, sacerdote solar, quiso revivir lo que sus antepasados hacían hace más de 500 años para atraer “la energía del amor”.
El espacio, para ellos, era considerado como sagrado.
Muchos pétalos de flores rodeaban el lugar de dos metros cuadrados de diámetro; el ambiente también estaba lleno de inciensos.
Pétalos de rosas y su bastón fueron parte de la ceremonia ancestral que Ñaupany Puma realizó en el Parque Arqueológico Pumapungo (foto).
Las personas que estaban al interior del círculo invisible se sacaron los zapatos para vivir ese momento.
Su película La profecía del Munay fue estrenada en Cuenca, y muestra tres regiones del país, según Puma, con gran energía (foto).
“Queremos tener una conexión pura y con esta ceremonia sembremos la semilla del mañana”, expresó el sacerdote solar, mientras miraba el cielo, indicando que en el pasado los que habitaron en el Tumipamba y que eran los cañaris decían que Paucarbamba era un valle de flores y medicinas.
Más adelante el sacerdote manifestó que este sector es el más propicio para convertir energía de amor “y que sale del corazón”.
Según Puma, es bueno regresar por los pasos de los antepasados.
“Es el momento de entregar el corazón al planeta y no crear un mundo artificial. Hay que crear un mundo en armonía y en convivencia con la Pachamama (Madre Tierra)”, dijo.
Una vez en el Coricancha, (corazón de oro) los peregrinos que acompañaban a Ñaupany Puma levantaron sus brazos hacia el cielo y formaron un espiral.
“Es una serpiente que se enrolla y manda luz a todo el universo”, manifestó, mientras las personas que en número de 23 y que estaban en la parte más alta del Pumapungo seguían las instrucciones del sacerdote solar.
“Tiene un significado milenario; nuestros antepasados realizaban esta ceremonia para atraer la energía del amor”, repitió el sacerdote.
El sacerdote solar se concentraba, mientras sus acompañantes se daban las manos y cerraban sus ojos.
“Es un significado milenario que se hacía hace 500 años para mejorar el mundo”, indicó.
Agregó que la ceremonia puede inspirar a las personas mayores y a los niños para que el planeta no se deje guiar por la mente, sino por el corazón.
Una película que muestra la tierra de sus ancestros
Ñaupany Puma, quien se ha trazado como misión “cambiar la forma de relacionarnos con nosotros mismos y con el planeta”, presentó también su película, llamada La profecía del Munay, una obra que muestra tres regiones del país e invita a recordar el equilibrio ancestral entre el Runa (ser humano) y la Pachamama, precisamente, con la interrogante de cómo encontrar el equilibrio personal y global.
Para la realización de esta película, que se exhibe en Quito, Guayaquil y Cuenca, el sacerdote solar emprendió un viaje con peregrinos de distintos países con quienes visitó tres centros de energía que están situados en las regiones de Costa, Sierra y Amazonía.
“Estuvimos en el norte de Manabí, en un lugar de los ancestros. Después fuimos a las partes altas de Cuenca y luego al norte de la Amazonía, formando un triángulo por los lugares donde los incas señalaron que iba a producirse la energía”, explicó. (F)