Después de la intensa lluvia de 30 minutos que dejó a más de cinco viviendas y a toda la parte central de Azogues inundada, la ciudad volvió a la normalidad.

Ese mismo día, en horas de la noche, alrededor de 30 bomberos trabajaron hasta las 19:00 succionando el agua de las casas afectadas, retirando árboles caídos y limpiando las alcantarillas.

Los sumideros se taponaron por la tierra y piedras que fueron arrastradas desde la parte alta de la ciudad. Este trabajo se realizó conjuntamente con personal del Municipio.

Ellos retiraron algunos restos de los escombros en la calle Bolívar e Ignacio Vintimilla. Según el reporte del Cuerpo de Bomberos, la primera llamada de emergencia se realizó a las 15:05 desde el sector Cinco Esquinas, donde se  taponaron dos rejillas.

En las inmediaciones de la Delegación Provincial Electoral, el sótano de una vivienda quedó totalmente inundado, lo que provocó el daño de electrodomésticos. “Nosotros procedimos a succionar y ayudar a las personas, pero era inevitable que los artículos se mojaran”, manifestó Isaac Orellana, encargado del área de estadísticas del Cuerpo de Bomberos.

Mientras que en la calle Matovelle y Tenemaza, el cuarto subterráneo de los transformadores también se llenó con agua, provocando que parte de la ciudad se quedara sin energía eléctrica.

En otras viviendas y locales comerciales de las calles Luis Cordero, Emilio Abad y Diez de Agosto, el agua también  logró ingresar y hasta ayer hacían la limpieza.

En el sector de San Francisco, barrio El Calvario, en el cuarto de una vivienda la inundación alcanzó a los dos metros, según el reporte del Cuerpo de Bomberos.

En las calles 24 de Mayo y Aurelio Jaramillo, un árbol fue derribado por los fuertes vientos. Lo mismo sucedió en el sector de Zhullín, donde también se reportaron troncos caídos. “Fue un aguacero de media hora con granizo y truenos, algo muy raro”, dijo Orellana.

Familias corren peligro por deslaves en Piñas

Treinta familias que habitan en las inmediaciones del cerro Pata Grande tuvieron que ser evacuadas ante el riesgo de que se produzca un derrumbe. A inicios de semana, el cantón soportó un torrencial aguacero que provocó deslizamientos.

Ante el peligro que se dé uno de gran magnitud, las autoridades dispusieron el retiro de esas personas hacia un sitio seguro. El chubasco duró cerca de una hora y por su intensidad provocó nerviosismo entre los habitantes de esta zona.

El alcalde Joseph Cueva ofreció cinco solares en la ciudadela El Cisne para resolver el problema de cinco familias. Incluso se realizan gestiones  para que el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda les construya casas hasta que se concrete la obra financiada y planificada por el Cabildo.

En la ciudadela 12 de Octubre, otras dos viviendas están a punto de desplomarse. Cueva pidió la ayuda al Banco del Estado y a la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos para construir un muro de contención que proteja a las familias del sector.

El burgomaestre solicitó a la Secretaría Nacional de Gestión Inmobiliaria del Sector Público la transferencia de las 4,68 hectáreas del terreno del Ministerio de Educación para construir un plan habitacional popular.