En la comunidad Quinticusig, se formó la Asociación de Productores y Comercializadores Agropecuarios en 2010.

Con esta organización se inauguraron los emprendimientos comunitarios en los sectores rurales del cantón Sigchos, en Cotopaxi. La integran 17 personas que vieron en el mortiño una oportunidad de salir adelante.

Este fruto también se denomina arándano azul y es una planta del género Vaccinium, que incluye muchos arbustos silvestres productores de bayas comestibles redondas y con vértices brillantes.

Este fruto silvestre es convertido en mermelada y vino. La demanda influye para que se produzcan hasta mil botellas anuales.

Para elaborar la bebida, debe ser molido, mezclado con agua, en cantidades exactas. Por ejemplo, se amalgama un litro de agua con una libra de mortiño. “Luego se endulza y se espera la fermentación durante 8 meses”, indicó, Mercedes Catota, socia de la producción. La botella cuesta $ 3 y la comercialización se realiza en Latacunga, durante la feria de los sábados en las instalaciones de la escuela Otto Arosemena.

Hólger Herrera, técnico del proyecto  ‘Hombro a hombro’ que impulsa el Ministerio de Agricultura Acuacultura y Pesca (Magap), indicó que este emprendimiento fue parte de la escuela de la revolución agraria.

Con esta labor, buscan soluciones a los problemas de la gente en el sector rural-agrícola e involucran alternativas locales. “En este lugar encontramos gran cantidad de mortiños que eran utilizados solo para la colada morada durante la época de finados. El resto de la producción se desperdiciaba”, aseguró el técnico.

Junto con profesionales de la Universidad Técnica de Cotopaxi (UTC) se mejoró la producción de mermelada y del vino. Descubrieron que la potencialidad de producción es de 5 mil a 6 mil botellas anuales.

DATOS

“El vino de mortiño será el sello de Sigchos y este nombre recorrerá el mundo”, adelantó Mario Andino, alcalde electo. Reconoció que para mejorar se precisa construir una casa bodega e impulsar la manufactura artesanal e industrial.

Según las últimas investigaciones, este fruto tiene propiedades que ayudan a prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, artritis, Alzheimer y Parkinson. Se perfila como un producto de exportación. Mortiño, le dicen popularmente y se estudia a fondo, mientras se derivan mermeladas, salsas y hasta vinos.

Al mortiño se le han encontrado pigmentos llamados antocianinas, que actúan como antioxidantes (sustancias que protegen las células) en el organismo. La planta puede medir desde 1,50 hasta 7 metros de altura. Crece de manera silvestre entre los 2.200 y 3.400 m s.n.m. y sus frutos son redondos, de aproximadamente 1,2 cm de diámetro.