Como una persona alegre, carismática, accesible y  leal es como describen quienes conocen a Luis Terán (foto), un psicólogo clínico ibarreño que por más de 30 años lucha por los derechos de los niños y adolescentes en Riobamba. “Luchito, como lo conocemos de cariño, no escatima horarios ni esfuerzo, cuando alguien requiera ayuda, él siempre está disponible. Le gusta trabajar con los jóvenes, pues considera que son los pilares de la sociedad”, señaló Jahir Real, amigo del profesional. Piel clara, cabello rizado y estatura mediana son las características físicas de Terán, quien tiene 49 años y reside por más de 2 décadas en la capital chimboracense. Es casado y tiene 3 hijos, desde adolescente se inmiscuyó en diferentes programas de protección a grupos prioritarios. Formó parte del Congreso de Niños Indígenas, en el cual una niña de tan solo 10 años, y perteneciente a una etnia de la región, dio a conocer las necesidades de los infantes indígenas en la sede de Naciones Unidas, en New York.

“Gracias a esta oportunidad la situación de las etnias indígenas se visibilizó a escala internacional. Considero un gran logro del cual fui parte, los niños y jóvenes son la prioridad máxima”, destacó Luis.

Posterior a esto se inmiscuyó en la creación de Consejos Consultivos. En 2003, participó en la iniciativa del grupo Banda Bandida, la cual reunía a chicos para crear mensajes de respeto a los jóvenes por medio de la música. “Siempre ha estado comprometido con el bienestar de niños y jóvenes, su objetivo es mantenerlos alejados del alcohol y las drogas, por ello busca maneras de entretenerlos sanamente”, indicó Javier Espín, amigo de Luis. Otro de los motivos por los que Terán es apreciado es porque fue uno de los voluntarios que colaboró en la recuperación emocional tras el terremoto de Manabí. Además los sábados trabaja para entretener y alimentar a niños lustrabotas de Riobamba. (I)