Las opiniones de los habitantes de Guápulo, parroquia ubicada en el oriente de Quito, están divididas sobre las restricciones de circulación vehicular que se aplicarán desde el lunes en el sector.

Las personas que viven en los costados del Camino de Orellana apoyan que se suspenda el acceso a través de esta vía en dirección al Valle de Tumbaco.

Ángel Aníbal Guachamín, por ejemplo, dice que la medida reducirá la presencia de automotores y “devolverá la tranquilidad al sector de la Plaza de Guápulo”.

Según Guachamín, es una medida que debió aplicarse hace tiempo porque el tráfico es insoportable en el sector. Ayer, un grupo de trabajadores de la empresa municipal de obras públicas instaló un pequeño poste metálico al inicio de la calle Germánico Salgado.

Una cadena será colgada del elemento para impedir que los vehículos que lleguen hasta el sector de la iglesia parroquial puedan circular hacia la av. De Los Conquistadores para dirigirse al valle.

Desde pasado mañana, el único paso directo desde y hacia la zona de Cumbayá y Tumbaco a través de Guápulo será esta avenida.

Los moradores, sin embargo, se muestran en desacuerdo. Nelson Guerra anuncia que cerrarán la avenida en el ingreso desde la Vicentina y en la salida a la zona de Cumbayá.

Guerra agrega que la restricción vehicular es un “tremendo error de la Alcaldía de Quito” y la calificó como un acto político. Se queja de que si actualmente el tráfico es pesado en el área en las horas pico, cuando se aplique la medida las cosas empeorarán y “se volverán insoportables”.

Fausto Miranda, supervisor de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), anunció que para la aplicación de los cambios de movilidad se destinarán 30 agentes civiles.

Mientras que la directora del Instituto Metropolitano de Patrimonio, Angélica Arias, justificó la medida en la protección de los inmuebles patrimoniales de la parroquia. (I)