Una misa campal inició el encuentro para recordar los cuatro años de la tragedia que ocurrió en la desaparecida discoteca Factory.

El escenario de la misa fue la parte posterior del terreno de la Fundación Factory, en el sur de Quito. El ambiente, a más de la música que daba vida al lugar, estuvo constituido por el color blanco que adornaba el sitio, para celebrar la homilía.

Las fotos de cada uno de los 19 fallecidos formaban un semicírculo en el piso, alrededor de la mesa central, en la  cual el sacerdote ofició la misa.

Gabriela Pinto, en la voz, y Xavier Calderón, en el teclado, confluyeron para dar el  fondo musical al momento, que estaba cargado de emociones y tristeza por parte de los familiares, quienes enjugaban las lágrimas al escuchar las suaves melodías y la cálida voz que los acompañó durante la ceremonia, mientras seguramente recordaban a sus hijos, hermanos y amigos.

Concluida la ceremonia, las palabras de Pedro Subía, vicepresidente de la fundación y padre de uno de los fallecidos, invitó a los familiares a mantenerse unidos en esta lucha por ayudar y defender al movimiento rockero.

“Quiero agradecer a todos los familiares que se han hecho presentes, a los amigos, a las autoridades por formar parte de este momento que para nosotros, los padres, sigue siendo doloroso”, manifestó.

Una vez terminado el primer encuentro, el alcalde de la ciudad, Augusto Barrera, entregó formalmente las llaves de la fundación que está construida en 500 metros, en un área que comprende 16.000 metros cuadrados, y con una inversión de 150.000 dólares.

Gloria Cruz, madre de uno de los jóvenes que murieron y actual presidenta de la fundación, recalcó que el espacio otorgado permitirá un esparcimiento para todos los grupos sin discriminación. “No queremos convertirnos en aquellos  que rechazaron a nuestros hijos de esos espacios”, aseguró.

Barrera al rememorar el hecho, que ocurrió el 19 de abril de 2008, comentó que “cuando esto ocurrió hace cuatro años, todos nos conmovimos de una manera brutal  y a lo largo de este tiempo, aunque aún el dolor es irreparable, ningún bien material justifica una vida perdida. Tenemos que ser capaces de reaccionar como sociedad”.

Por otro lado, Pablo Rodríguez, miembro del movimiento Al Sur del Cielo y editor de la revista Rocker Magazine, indicó que la entrega de la fundación es el inicio de una serie de actividades que permitirá la unidad de los grupos y movimientos.

Resaltó que en la fundación se creará posteriormente un camposanto, además en el espacio habrá diversas áreas culturales para eventos, talleres y demás. Evidenció también que el centro empezó a funcionar desde hoy, en el que se presentó una muestra de la semana del rock, que se realizó el año anterior.

Pero entregar el centro cultural no evita la discriminación que sufren los grupos, por lo que Barrera explicó que “lo sucedido se debió a que tenemos una sociedad profundamente discriminatoria y excluyente, una sociedad que no es capaz de entender que hay otras estéticas y otras maneras de ser”.

Freddy Herrera, concejal del Municipio de Quito, indicó que invitan al Ministro de Relaciones Exteriores a realizar una conversación sobre el trabajo que hace el cuerpo policial con respecto a la vigilancia en los conciertos. “Somos los únicos, los rockeros a los que siempre nos quitan correas y accesorios que determinan nuestras manifestaciones como movimiento, esto no puede seguir pasando, seguimos siendo discriminados”, subrayó y agregó que los policías en varias ocasiones han agredido a las personas de los grupos alternativos.