Carla Martínez, moradora del barrio San Carlos (norte de Quito), reniega porque la basura ha vuelto a acumularse en los contenedores instalados por el Municipio.   

Martínez, quien vive en la calle Hernando de Soto, dice que en los últimos días, el contenedor ubicado cerca de su casa ha permanecido repleto de desechos.

En ciertos momentos, las fundas con desperdicios se acumulan a los costados del recipiente.

Laura Crespo, vecina de Carla, apunta que si bien la situación no ha llegado a los niveles que alcanzó el problema en diciembre, sí genera molestias.

“Vienen a recoger la basura, pero no con la frecuencia con la que deberían. Por eso los residuos se amontonan, pasan los perros y la riegan. Otras personas, al igual que yo, tratamos de ordenar en algo, pero los perros regresan y vuelven a desparramar”.

Pedro Cabrera, habitante del cercano barrio El Rosario, coincide con las opiniones y se pregunta qué pasó con el plan de emergencia.

Añade que aunque la labor de las volquetas no es la óptima, al menos evita que  la ciudad “parezca chiquero”.

Al ser consultado sobre el tema el martes, el alcalde Mauricio Rodas aseguró que el programa de emergencia continúa implementándose con normalidad y que el Cabildo prevé comprar nuevos vehículos recolectores en los próximos meses.

El gerente de la empresa municipal de aseo, Juan Neira, precisó ese mismo día, en una entrevista en radio Distrito FM, que “se espera que a mediados de junio llegue la flota de camiones para cubrir la emergencia que se produjo el año pasado”.

Entre tanto, las quejas aumentan, a través de las redes sociales. (I)