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También se vigilará nivel de alcohol en la sangre

Hubo 308 amonestados en 3 días de control de velocidad

Los agentes civiles de tránsito miden el nivel de aceleración mediante el uso de fotorradares. Foto: John Guevara/ El Telégrafo
Los agentes civiles de tránsito miden el nivel de aceleración mediante el uso de fotorradares. Foto: John Guevara/ El Telégrafo
09 de junio de 2014 - 00:00 - Redacción Quito

La campaña ‘Baja la Velocidad’, que ejecuta la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) en distintos sectores del Distrito desde el miércoles pasado, empieza a arrojar resultados.

Estos, sin embargo, no son del todo halagadores debido al alto número de infractores detectados por los agentes civiles.

Así, en los 5 operativos de control efectuados hasta el viernes pasado habían sido amonestados  verbalmente 308 conductores por infringir los límites de aceleración permitidos.

Durante los primeros 15 días de vigilancia, los uniformados no sancionan a los contraventores, sino que les hacen saber que cometieron la falta y les colocan un adhesivo en el vehículo con la leyenda que da nombre a la campaña.

Los operativos se han desarrollado en el Redondel del Ciclista, en 2 ocasiones; en la avenida Simón Bolívar, a la altura de San Patricio (oriente); en la Argelia (suroriente); y en el desvío a la Autopista General Rumiñahui, en el sector Monjas (centrooriente).

Darío Tapia, director de la AMT, pidió a la ciudadanía evitar las sanciones, cumpliendo lo que estipula la ley respecto al tema: que en la parte urbana se debe circular máximo a 50 kilómetros por hora (km/ h) y en las vías perimetrales a máximo 90 km/ h.

También recordó que quienes incurran en este tipo de contravenciones pueden recibir multas de hasta $ 340 (un Salario Básico Unificado) y la reducción de 10 puntos en la licencia de conducir; además de 3 días de prisión.

Hace unos días, el secretario metropolitano de Seguridad y Gobernabilidad, Juan Zapata, anunció que los controles se volverán permanentes y que se privilegiará en ellos la vigilancia de las consideradas vías rápidas de la ciudad.

Así, se medirán constantemente los niveles de aceleración en avenidas como la Simón Bolívar, Mariscal Sucre e Interoceánica, que conecta al núcleo urbano con el valle de Tumbaco.

Zapata añadió que los lugares donde se ubicarán los uniformados provistos de fotorradares de medición serán públicos, porque el objetivo no es sorprender a los ciudadanos, sino concienciarlos sobre el riesgo que corren al acelerar.

Paralelamente, se prevé reiniciar la realización de controles del nivel de alcohol en la sangre mediante el uso de tecnología y pruebas físicas.

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