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El Telégrafo
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10 mil rejillas de alcantarillado se prevé reponer en la ciudad

10 mil rejillas de alcantarillado se prevé reponer en la ciudad
20 de octubre de 2012 - 00:00

Alrededor de 10 mil rejillas de alcantarilla que fueron sustraídas deben ser restituidas en toda la ciudad. Su carencia  suele ser la causa de la acumulación de basura y el consecuente taponamiento de los sumideros, un serio problema en época invernal. También ha sido motivo de accidentes: “Aún conservo la cicatriz en mi pierna. Me la hice cuando, siendo niña, caí en un sumidero que no tenía rejilla en Carcelén”, recuerda Daniela Chasi.

Muchas de esas estructuras fueron robadas para ser fundidas y crear otros objetos, aseguró Luis Burbano, subgerente de Saneamiento de la Empresa Metropolitana de Agua Potable (Epmaps). Para evitar que el problema persista, la entidad  inició, en 2010, un plan para reemplazarlas por otras elaboradas a base de un material que no sea atractivo  para los delincuentes.

Las antiguas rejillas fueron construidas con hierro fundido, lo que las hace más vulnerables, fáciles de quebrar y derretir en altas temperaturas. Las nuevas rejillas de hierro dúctil son más resistentes a los golpes y al fuego. De esa manera se evita que se las roben y pongan en peligro la seguridad de los transeúntes y los conductores.

La Epmaps realizará el cambio de las rejas en los sectores en donde es más urgente, por ejemplo, en  la Ciudadela 1 de Mayo, en el Calzado, al sur de Quito. Los moradores pusieron la denuncia de la carencia de 48 rejillas desde la calle Antonio Rodríguez y frente al colegio José de la Cuadra.

Desde que se inició el cambio de las rejillas dúctiles se han instalado 1.500 y se prevé instalar 1.500 más. El problema se suscita en los lugares que aún no están consolidados. Al haber poco tránsito peatonal y vehicular los delincuentes aprovechan esa situación para hurtar las rejas, explicó Burbano, por lo que en esos lugares se las repone por otras  del mismo material. Mientras que en los barrios consolidados serán colocadas las nuevas rejas de hierro dúctil.

Además, en los sectores en donde se está construyendo y proveyendo de alcantarillado las rejas serán de este nuevo material, por ejemplo en Calderón, Chaupiestancia -en Yaruquí- y Cocotog, en el nororiente de Quito.

La utilización del nuevo material para las rejillas de alcantarillas implica mayor inversión. Una de las rejas actuales, que mide 50 centímetros de largo por 36 de ancho, cuesta 50 dólares, mientras que las de hierro dúctil, una estructura de las misma medida, cuesta entre 100 y 120 dólares. “El cambio no se lo puede realizar de golpe, sino paulatinamente, pues es una gran inversión”, aclaró el subgerente de Saneamiento.

Los moradores pueden realizar sus denuncias por la falta de limpieza y de rejillas en los sumideros, mediante la línea telefónica 1800-242424. Y si es testigo de un robo puede comunicarse de inmediato a la Unidad de Policía Comunitaria más cercana.

Según Burbano ya existen dos detenidos por robo de rejillas, pero aún no se conoce cuál es su condición jurídica,  aunque la Epmaps está pendiente. La limpieza y reposición de rejillas del alcantarillado son parte de las actividades que la entidad municipal realiza dentro del Plan Lluvias, para evitar catástrofes durante el invierno.

Hasta el pasado septiembre, la Epmaps limpió 80 mil sumideros de los 120 mil que existen en la ciudad. La inversión en esa actividad fue de 1,2 millones de dólares.

La limpieza de las alcantarillas se realiza de acuerdo con un cronograma y mapa de zonas críticas. En esos lugares se lleva la actividad hasta cuatro veces al año. En su mayoría los lugares que deben ser cuidados más frecuentemente son los alrededores de mercados, colegios y pasos deprimidos.

Para varias personas que han sufrido accidentes por la falta de rejas en las alcantarillas la reposición es importante.
Andrés Maldonado (24 años) relató que cuando tenía 18 años, paseaba con sus compañeros del colegio por la calle Universitaria y uno de sus amigos cayó en un sumidero. “Es gracioso recordar, aunque en ese momento fue doloroso para él. Íbamos conversando cuando de repente uno desapareció, y escuchamos el pedido de auxilio desde el suelo”, expresó. Agregó que para un niño debe ser un trauma fuerte sufrir un accidente así.

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