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La trinchera de vito

Independiente del Valle, un digno finalista

Independiente del Valle, un digno finalista
30 de julio de 2016 - 00:00 - Vito Muñoz

El milagro se ha convertido en realidad. Lo que durante febrero pasado parecía un sueño inalcanzable fue una realidad y se convirtió en una de las mayores hazañas del fútbol ecuatoriano en su historia, y, sin duda una de las mayores sorpresas de la historia del fútbol continental.  

Independiente del Valle inscribió su nombre por primera vez entre los finalistas de la Copa Libertadores de América. Con todos los honores y con un mérito sobresaliente.

Un año inolvidable, una temporada histórica. Un hito poco comparable. Pablo Repetto, Librado Azcona, José Angulo, Jefferson Orejuela, Junior Sornoza. Estos son algunos de los nombres propios de la heroicidad de desbancar a las potencias como Boca Juniors o River Plate, que han gobernado el continente durante años para involucrarse entre los dos mejores de América. Este equipo de héroes será recordado para siempre por mantener viva la ilusión de millones de ecuatorianos durante los primeros siete meses de 2016.

En tiempos de capitalismo sin contemplaciones, el protagonismo suele ser para los equipos que tienen los mejores jugadores que el dinero puede comprar.  Lo de Independiente es distinto. Muy distinto. Es un equipo de los más chicos de Ecuador ¿Es, entonces, un milagro? Seguro que no. No deja de ser una actuación que puede ganarse el calificativo de hazaña. Pero es conveniente advertir: antes de creer en la magia, es mejor observar cómo la escuadra del Valle se aferra al lema “Nunca dejes de creer”. Sus convicciones llegaron mucho más allá de cualquier nombre que pudo tener su rival.

A lo largo de la historia reciente son recordadas distintas hazañas de clubes convertidos en revelación de manera inesperada. Sin embargo, el éxito del Independiente en el presente ejercicio ha generado una admiración y un reconocimiento difícil de equiparar a otras situaciones similares en Ecuador y en América.

La temporada de un equipo humilde no puede darse sin la mejor versión de sus jugadores. Un equipo que tenía como objetivo molestar a los  grandes en el torneo nacional necesita que todos realicen su mejor año como profesionales para competir a nivel internacional. Nunca antes el olfato de Angulo, las genialidades de Azcona en el arco o los pulmones de Arturo Mina habían sido tan trascendentes. El año mágico del club  sangolquileño se explica por esta explosión futbolística de una serie de jugadores cuyo rendimiento jamás había sido de tal nivel. Pero mérito no es solo el de ellos, sino de todo el equipo. El espíritu de sacrificio inculcado por Repetto les permitió mostrar una idea como bloque y con solvencia sea cual sea el rival que tienen enfrente.

Aparte de la ambición de este grupo, que crecía futbolísticamente, se unió todo un país, entregado a su causa desde que pasó fase de grupos. Sus victorias emocionaron hasta tal punto que unió a las 4 regiones en un solo puño. La derrota en la final solo queda como anécdota porque lo logrado fue escrito con letras de oro. (O)

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