Las puertas de los locales ubicados alrededor de la Plaza de San Francisco cerraron más temprano que de   costumbre el pasado 17 de septiembre, pues una manifestación opositora al Gobierno amenazaba con alterar el orden del lugar.

“Antes de las 16:00 decidí irme a mi casa, ya que al mediodía escuché en el noticiero sobre las protestas contra el Gobierno. Mi sorpresa fue que al otro día la plaza estaba dañada”, comentó Verónica Castro, dueña del Almacén Castro.  

La comerciante dijo sentirse apenada por lo que sucedió en San Francisco, pues aunque cree que las personas tienen derecho a protestar, deben respetar el patrimonio de la ciudad.  

Indicó, además, que no es la primera vez que la plaza sufre daños y añadió que años atrás, durante la destitución de Lucio Gutiérrez, San Francisco también fue víctima de la violencia de los manifestantes. Entonces, las paredes del templo y de las casas del sector fueron grafiteadas.