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El envejecimiento poblacional motiva la demanda

En 2030 se necesitarán 2,5 millones más de cuidadores

La pérdida de la autonomía es parte del proceso de envejecimiento y por ello la necesidad de matener estilos de vida saludables desde tempranas edades. Foto: Fernando Sandoval/El Telégrafo
La pérdida de la autonomía es parte del proceso de envejecimiento y por ello la necesidad de matener estilos de vida saludables desde tempranas edades. Foto: Fernando Sandoval/El Telégrafo
20 de junio de 2015 - 00:00 - Palabra Mayor

El envejecimiento poblacional es una realidad irreversible. A nivel mundial, cada segundo dos personas cumplen 60 años, es decir, el total anual es de casi 58 millones de personas que llegan a esa edad. Actualmente una de cada nueve personas tiene 60 o más años de edad, y las proyecciones indican que la proporción será una de cada cinco personas hacia 2050.

Este fenómeno de envejecimiento de la población ya no puede ser ignorado y por lo mismo amerita acciones inmediatas en diferentes ámbitos. Uno de ellos es el cuidado que demandarán a corto plazo los adultos mayores.

En Estados Unidos, por ejemplo una reciente publicación de la revista HealthDay News advierte que se necesitarán al menos 2,5 millones más de cuidadores profesionales a largo plazo para cuidar a los mayores en 2030, de acuerdo a un estudio reciente. Esta demanda permanecerá aunque haya un cambio significativo del cuidado institucional al cuidado en casa, según los investigadores.

De acuerdo a una publicación, “aunque el 20 por ciento de los pacientes mayores pasen de los hogares de ancianos a la atención sanitaria en el hogar, lo que sería un cambio inmenso, el aumento previsto en la demanda de cuidadores profesionales a largo plazo apenas se reduciría de un 79 a un 74 por ciento”, señaló en un comunicado de prensa de la Universidad de California la autora del estudio, Joanne Spetz profesora del Instituto de Estudios sobre Políticas de Salud de la universidad, en San Francisco.

“Llenar esos puestos de trabajo será un gran desafío ante cualquier escenario”, anotó. Spetz también es directora asociada de estrategia investigativa del Centro de Profesiones Sanitarias.

La longevidad y cuidado es un tema de preocupación en el mundo. En general en América Latina hasta ahora no se percibe mucho la necesidad de organizar servicios alternativos de cuidado profesional, aparte del cuidado prestado en la familia o en instituciones de larga estancia. Sin embargo, en los últimos años se nota un mayor interés, pues se observa la ejecución de algunos proyectos pilotos.

La necesidad de cuidado surge también por los cambios sociales que han creado un nuevo modelo de familia. Con menos integrantes, en relación a las de años atrás, ya no existe quien se encargue de esta labor y por lo mismo se demanda de personas o instituciones especializadas para este trabajo.

En la publicación de la revista HealthDay News se insta a los legisladores y los educadores a “redoblar” sus esfuerzos por reclutar, entrenar y mantener a cuidadores profesionales a largo plazo, plantearon los investigadores.

Anotaron que el 20% de los estadounidenses será mayor de 65 años de edad en 2030. Diecinueve millones de adultos necesitarán cuidados a largo plazo en 2050. Esa cifra era de apenas 8 millones en 2000, añadieron los investigadores.

Durante los próximos 15 años, los mayores aumentos en la demanda serán de consejeros, trabajadores comunitarios y sociales, y ayudantes de cuidado de la salud y personal en el hogar, según los investigadores. “En términos de cifras, la mayor necesidad será de asistentes para la salud y personales en el hogar, con más de un millón de trabajos adicionales en 2030″, comentó Spetz.

“El problema es que actualmente se trata de posiciones a nivel de entrada, con un salario muy bajo y una alta tasa de rotación. Muchas personas con estos trabajos viven en la pobreza aunque trabajan a tiempo completo. Tenemos que pensar en cómo hacerlos sostenibles”, añadió la publicación.

La población adulta mayor, a nivel mundial, ocupa un lugar cada vez más importante en la base de la pirámide poblacional y constituye un grupo vulnerable y de interés prioritario para la atención integral en salud y demás programas sociales; estos deben implementar lineamientos para promocionar el envejecimiento saludable, especialmente en países en los que la población envejece aceleradamente.

En el informe Envejecimiento en el Siglo XXI, publicado por el Fondo de Población de Naciones Unidas se afirma que: “El envejecimiento de la población es una de las tendencias más significativas en el siglo XXI. Tiene repercusiones importantes y de vastos alcances en todos los aspectos de la sociedad.

En el caso de España, en 2014 más de 275.000 mujeres trabajaron a tiempo parcial en el cuidado de personas adultas mayores dependientes. Este número resultará insuficiente a corto plazo a causa del envejecimiento poblacional.

Al hablar del cuidado también surge otro tema que debe ser tomado en cuenta: quién cuida al cuidador. Normalmente las personas cuidadoras no piensan demasiado tiempo en sus propias necesidades, y con el tiempo van abandonando sus sueños, sus inquietudes y en definitiva, sus vidas, por centrarse en la digna y dura labor de cuidar, que no siempre está reconocida.

Sin embargo, hay que tener cuidado porque pueden ser “víctimas” de procesos de frustración y tristeza que los lleve a procesos depresivos más graves que el mismo adulto mayor que está bajo su responsabilidad. La labor y, sobre todo, la formación de cuidadores en algunos países de América Latina todavía no es una prioridad. Pero vale la pena que desde ahora se empiece a formar profesionales especializados en esta actividad. (I)

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