El estadounidense es pionero del triatlón extremo
Scott cuenta sus hazañas en el Ironman
Dave Scott no puede estar quieto, el miércoles pasado sacó a los 2 empresarios que lo trajeron a Ecuador a trotar en el parque La Carolina y a nadar en la piscina de El Batán. Le tiene pánico a la inactividad y no deja de pensar en nuevas metas. Tal vez esa inquietud natural, que le obliga a moverse todo el tiempo, le hace aparentar menos edad. Tiene 61 años.
Tras brindar ayer una conferencia sobre el triatlón extremo en la Cinemática de Cumbayá (Quito), el séxtuple campeón mundial del Ironman y pionero de esta disciplina está en Ecuador y se apresta a dictar hoy su charla en el Teatro Centro de Arte de Guayaquil.
Entre las 18:00 y 22:00, los amantes de este deporte podrán escuchar sus experiencias y consejos. El evento es un preámbulo del ‘All You Need is Ecuador Ironman 70.3’, que se cumplirá en Manta, el próximo 9 de agosto, y contará con exponentes que ocupan varios de los mejores puestos en el ranking planetario.
Los traviesos ojos de Dave y su amplia sonrisa revelan a un hombre relajado, “más bien aburrido, como dice Christine, mi pareja”, se autocalifica antes de soltar una carcajada. De hecho, el ritmo de vida que lleva le deja poco espacio a las fiestas y vida social. Sus horas de ocio las invierte en cuidar su jardín, escuchar música instrumental, leer y, cuando se anima, tocar el piano.
Eso sí, pasivo nunca. Amante de la acción, fue uno de los pioneros del Ironman, competencia que al principio no tenía nombre y cuyas primeras justas no entregaban premios económicos a los vencedores. Y aunque la primera brega oficial se organizó en 1979, Dave ya participaba desde 1976.
Considerado el ‘gurú’ del Ironman, Dave comenzó entrenando solo e instruyendo a otros en ciclismo, natación y atletismo. Posicionarse le costó mucho, pero con el tiempo construyó su leyenda, que se escribió con 6 títulos planetarios y la inscripción de su nombre como el primero del Salón de la Fama del Ironman, inaugurado en 1993.
Su trayectoria existencial tuvo paradas interesantes, como conocer aLance Armstrong, que en la década del 80 daba sus pininos en el deporte. “Lance tenía 15 años cuando rivalizamos en torneos de triatlón. Él se dedicó de lleno al ciclismo desde los 19 años”.
Cada vez que recuerda la sanción a Armstrong por dopaje siente indignación, cree que si bien debía ser castigado, no merecía la suspensión de por vida. “Todos los rivales de Lance se ensuciaron alrededor del dopaje, pero a ellos les sancionaron solo con 6 meses o un año”.
La popularidad de Scott también le llevó a Hollywood, donde hizo un pequeño papel, interpretando a un excampeón de Ironman. “La verdad no recuerdo el título del filme, pero tuve la oportunidad de actuar”.
Diego Rodríguez, empresario de Live EC, firma que lo contrató para las disertaciones, se siente satisfecho por la calidad de las charlas que Scott brinda. “Es un personaje que invita a crecer, a plantearse objetivos y alcanzarlos”. (I)