El deportista ecuatoriano Esteban Enderica se alista para su más inmediato objetivo: clasificar a Tokio 2020 en el Mundial de Natación de Corea del Sur. El 16 de julio competirá en los 10 kilómetros de aguas abiertas, con la intención de quedar al menos entre los 10 primeros y así viajar a su tercera olimpiada.

El nadador cuencano ya sabe lo que significa estar en el podio de una competencia internacional. En una entrevista en exclusiva con Medios Digitales cuenta las claves para tener un entrenamiento que lo ayude a triunfar internacionalmente.

¿Esteban, qué siente un deportista al obtener una presea?

Es increíble. Cuando te subes a lo más alto del podio a entonar el himno nacional es único. Desde hace mucho tiempo he dicho que el deporte une a todo un país y el deportista es un embajador porque mostramos de dónde somos y de qué estamos hechos. Eso es lo que nos mantiene a nosotros en el deporte, no es la plata o el dinero, lo hacemos por el corazón.

¿Cómo se prepara un deportista profesional para competencias como Panamericanos , Mundiales o Juegos Olímpicos?

Sabemos que todos los rivales entrenan muy fuerte. La exigencia (es) de estar al día a día en un 100%. El deportista élite se prepara las 24 horas del día, no solo cuando hace ejercicio, sino en el descanso, la alimentación, la parte psicológica, la recuperación con fisioterapia y masajes. Todo eso abarca al deportista.

Estamos preparándonos (para el Mundial) como no tienes idea. Los últimos meses de entrenamiento son los más duros que he tenido en mi trayectoria deportiva.

¿Considera que es estricto con su régimen alimenticio?

La parte alimenticia es fundamental. Se puede comer de todo, pero hay que saber cuándo. Previo a la competencia tenemos que cuidarnos, dejar grasas, frituras; incluso, en este momento debo dejar los vegetales porque estoy con los hierros elevados. Controlamos con la nutricionista para que todo salga bien.

¿Y el aspecto psicológico es importante?

Yo para serte sincero no creía mucho en los psicólogos ni esas cosas. En el 2016, después de los Juegos Olímpicos de Río, me lesioné el hombro y tuve que operarme. Me entró la duda si podría volver a la natación porque el hombro es prácticamente tu motor.

Me dijeron ‘no puedes meterte al agua en ocho meses’. Ahí fue cuando entró la parte psicológica, pero deportiva porque no es lo mismo que la psicología clínica. Hoy doy gracias a esa parte psicológica que me ayudó a fortalecerme y a tener una madurez para que haya vuelto.

Con el buen desempeño de los deportistas ecuatoriano en la actualidad, ¿cree que los Juegos Olímpicos sean fructíferos para el ecuador? ¿Se puede soñar?

Claro que se puede soñar, es más, se están cosechando los sueños que se sembraron hace 8 años. Estamos viendo grandes deportistas que avanzan de una manera increíble. Yo creo que se puede seguir soñando y por qué no pensar que en Tokio 2020 Ecuador va a ser protagonista de muchas pruebas y muchos deportes.

Usted ya participó en Juegos Olímpicos. ¿Cómo son las horas y minutos previos a una competencia en un certamen de ese nivel?

Tuve la oportunidad de vivir dos Juegos Olímpicos, en Londres 2012 y Río 2016. En Londres no dormí nada la noche anterior. En Río llegue con una madurez deportiva más avanzada, conociendo un poco más sobre las competencias. Ahí se enfoca mucho la parte psicológica que hablábamos, saber cómo afrontar esos nervios o presión que tienes dentro para que no te jueguen en contra. Esa experiencia de vivir Juegos Olímpicos es increíble, muy pocos deportistas podemos tener esa dicha. (D)