En los hogares de los medallistas mundiales el sentimiento es el mismo, la alegría los desborda y las ganas por tenerlos en casa los llena de ansiedad. Poleth Méndez, Stalin Mosquera, Damián Carcelén y Anaís Lara se registran como los primeros ecuatorianos en ganar medallas durante un Campeonato Mundial de Paratletismo, el de Londres 2017.

El calor en el Valle del Chota abraza las labores cotidianas de quienes comparten el día a día con los exponentes.

Doña María del Carmen Sánchez Quinteros (43 años), madre de Poleth Méndez (21 años), apura vasos con chicha de arroz para mitigar la fatiga. Habla de su hija con orgullo, nunca imaginó que llegaría tan lejos dentro de su carrera deportiva.

El 18 de este mes, en el Estadio Olímpico de Londres, Poleth alcanzó la medalla de plata en impulso de la bala para mujeres de la categoría T-20 de discapacidad intelectual. Su madre se enteró de la noticia al día siguiente, mientras retornaba de Bolívar (Carchi) en un furgón blanco. Otra pasajera le preguntó si se enteró de que la señorita  había destacado tras bregar en la capital inglesa.

- ¿Usted le vio a una chica que sale en la televisión?

- ¿Cómo es?

- Medio rubia, tuca.

- Soy la mamá.

- ¡Qué buena esa guambra, ha quedado segunda!

María continuó el viaje a Tumbatú (Carchi), con la felicidad en su corazón; acababa de saber que era la mamá de una vicecampeona mundial. Desde entonces en su mente le rondan ideas de cómo recibirla. Quiere besarla, abrazarla; le da gracias al Todopoderoso por ayudar a su chiquilla. Se siente una mujer llena de gracia.

“Nosotros no somos pobres, pobre es el diablo, nosotros somos hijos de Dios”, dice contenta poco antes de indicar que sus otros retoños también incursionan en el deporte.

Eliana (23 años) también lanzaba la bala, pero se retiró desde que se embarazó de Ixel De Jesús, quien actualmente tiene 4 años.

Anaís Carolai (17 años), de la clase T-20, es otra impulsadora de bala, y Enver (15 años) practica taekwondo y fútbol.

Poleth se inició en el atletismo a los 12 años, desde que el entrenador Pablo Delgado visitó Tumbatú con el propósito de captar nuevos talentos; Poleth se acercó como voluntaria y así empezó su andanza. Aprendió a lanzar disco y bala, pero se especializó en la masa. 

Ayer estaba previsto el arribo de la delegación ‘Tricolor’ a Quito; la familia Méndez-Sánchez tiene 3 motivos para celebrar, pues a la presea de Poleth se suma la de Damián Carcelén, quien se colgó la plata en los 400 metros lisos de la división T-20. Damián, que el 3 de agosto cumplirá 19 años, es sobrino de doña María. La tercera razón del festejo es el grado de Anaís Carolai, nueva bachiller de la Unidad Educativa Valle del Chota. 

Dos casas más arriba de la vivienda de Poleth está el domicilio de Damián, cuyo abuelito, Rigoberto Delgado (60 años), no cabe de la emoción por el logro de su nieto, a quien admira por ser disciplinado y muy centrado, ya que poco a poco cumple las metas trazadas.

Cuenta que con la ayuda económica mensual que recibe del Plan de Alto Rendimiento del Ministerio del Deporte, Damián financió la construcción de su casa propia, en la que residen su madre, Pilar Delgado, quien trabaja como empleada doméstica, y su hermana menor, Brítany, quien, lo mismo que su ñaño, practica atletismo en Carpuela. 

“El deporte es vida y uno se siente mejor cuando hace alguno. Yo jugaba pelota nacional, era sacador, pero dejé la actividad porque me fracturé el brazo derecho. Ahora solo me dedico a la agricultura. Aquí se siembra pimiento, ají, pepinillo, fréjol, guandul...”, señala don ‘Rigo’.

Germán Chalá, entrenador de velocidad de la Federación de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual (Fededi), detalla que Damián es un chico callado, pero como cualquier negro, lleva la alegría en la sangre. Le gusta la bulla, la salsa, la bomba, etc. Al descubrirlo lo reinsertaron en la sociedad porque se sentía desplazado por otras personas y sufría calamidades que el aleccionador prefiere no nombrar.

El recorrido de diario EL TELÉGRAFO por el hábitat de los cultores se detiene ahora en Charguayaco, localidad del valle que pertenece a la provincia de Imbabura y donde reside Stalin Mosquera, quien el 15 del corriente conquistó el primer galardón de Ecuador en el evento planetario: la plata de la categoría T-20 en impulso de la bala.

Todavía alborotadas de contento, Marcia Congo Cribán (57 años) y Dayana Mosquera (23 años), madre y hermana de este héroe, comentan acerca de la parrillada con la que le darán la bienvenida. Dayana añade que a su hermano le fascina la carne, ante todo la de cerdo.

Tras hacerse del segundo puesto en el certamen global, Stalin se comunicó con ellos y les envió audios y videos sobre su desempeño en dominios británicos.

Doña Marcia admite que al conocer los resultados de la competencia no pudo evitar el llanto. Está agradecida con el Creador, con los entrenadores y los directivos que le dieron la oportunidad de desarrollarse en el atletismo. Ella y su hija se dedican a los quehaceres domésticos, en tanto que su esposo Silvio (72 años), que es agricultor, y Stalin, son quienes dotan de recursos a la familia. Stalin (19 años) descubrió que era bueno para arrojar cosas cuando, en cierta ocasión, ayudaba a cargar costales de limón. Le agrada levantar pesas porque lo mantiene con fuerza para lanzar la bala arriba y lejos. Su instructor y el de Poleth Méndez es David Bernardo.

La ruta del podio termina en Carpuela (Imbabura), donde vive Anaís Lara, medalla de bronce en los 400 metros damas de la serie T-20 del Mundial de Paratletismo. Su padre, Alamiro Lara (42 años), no sale del asombro de saber a su hija entre las mejores corredoras de la Tierra.

Anaís (19 años) suma 3 años en el atletismo, pero recién uno con la calificación funcional de discapacidad. Alamiro habló con ella después de su papel en Londres; la joven le pidió un agasajo que incluya su comida favorita: arroz acompañado de chuleta de chancho, menestra de guandul y aguacate. (I) 

Datos

Ecuador participó con 10 cultores en el Mundial de Paratletismo. También viajaron Marlixa Padilla, Paúl Córdova, Sixto Moreta, Darwin Castro, Jordi Congó y Ronny Santos. 

De los cultores que fueron a Londres, 2 tienen discapacidad visual: Darwin Castro, ceguera total,  y Sixto Moreta, ceguera parcial. Los otros 8 chicos corresponden a discapacidad intelectual. Estos jóvenes tienen el respaldo del Gobierno Nacional mediante el Plan de Alto Rendimiento. Trabajan bajo la tutela del Comité Paralímpico Ecuatoriano (CPE) y las federaciones ecuatorianas por discapacidad. 

La mayoría de los deportistas son del  Valle del Chota. Los atletas entrenan en el Centro de Alto Rendimiento de Carpuela (Imbabura) y su siguiente propósito es ir a los Juegos Paralímpicos de 2020. Según el monitor Adán Jaramillo la idea es ser protagonistas. En las paralimpiadas de 2016 terciaron Poleth Méndez, Damián Carcelén, Ronny Santos, Stalin Mosquera y Jordi Congo. (I)