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Madres campeonas

Madres campeonas
10 de mayo de 2020 - 00:00 - Redacción Fanático

Liam y el fútbol son las pasiones de la arquera mundialista con la selección ecuatoriana Shirley Berruz
Shirley Berruz decidió ser mamá después de disputar el Mundial FIFA Canadá 2015. Era su aspiración personal. Por eso suspendió su carrera futbolística durante el tiempo de gestación. Recuerda que cuando llegó a Ecuador después de disputar el torneo. pensó que era momento de cumplir con ese anhelo porque después vendrían más compromisos vinculados al fútbol que absorberían su tiempo por completo. Lo planeó con su pareja y el 24 de agosto de 2016 nació Liam Villacís, su primer y único hijo.

Cuando Berruz dio a luz recién estaba empezando el campeonato nacional femenino de fútbol, un torneo amateur equivalente al que ahora conocemos como la Superliga femenina. Ella jugaba en el club Talleres Emanuel de Santa Elena, donde era la arquera titular. Dice que corrió con suerte porque solo se perdió una fecha del certamen. 10 días después del parto volvió a los entrenamientos. En ese lapso recibió una propuesta para jugar en el club Carneras, de Cuenca, pero la dirigencia no podía esperarla hasta que terminara su descanso médico obligatorio. Pero Talleres Emanuel sí lo hizo. Jugó hasta que el club quedó eliminado.

Cuando Liam tenía cinco meses, Shirley recibió una oferta con el Deportivo Pasto de Colombia. Ella viajó a Pasto para someterse a tres semanas de pruebas. La dirigencia de ese club le había dicho que, si lograba la aprobación del cuerpo técnico, se quedaría entrenando con el equipo. Esas fueron las tres semanas más difíciles de su etapa como madre. Extrañaba tanto a su hijo que una vez terminado el período de pruebas regresó a Guayaquil para hacerse cargo de los cuidados del bebé.

El año pasado reforzó al América de Quito y para no sufrir por la ausencia de su hijo, viajaba con él y su mamá para jugar los partidos. No tenía quién lo cuidara. Fue una temporada complicada debido a los viajes, por eso este año aceptó la oferta que le hizo Barcelona femenino, para estar más cerca de su hijo.

Pero ahora su futuro está en el limbo. La dirigencia de Barcelona renunció a la Superliga de este año debido a la crisis económica derivada de  la emergencia por el coronavirus. Lo más probable es que Shirley tenga que buscar otro equipo fuera de Guayaquil y dejar a su hijo al cuidado de su prima. (I)

Su amor por el deporte hizo que regresara a los entrenamientos 15 días después de dar a luz Anggie Avegno
Cuando Anggie Avegno tuvo al pequeño Ian hubo quienes vaticinaron su retiro definitivo del deporte de alto rendimiento. Le dijeron que era el final de su carrera. Que no iba a volver al nivel competitivo y que la faceta de madre no es compatible con el deporte.

Pero Anggie se encargó de demostrar lo contrario.  Durante su embarazo se interrumpieron sus competencias, pero nunca dejó de entrenar. Está acostumbrada a la actividad física, por lo que tuvo poco tiempo de reposo; 15 días después del nacimiento de su hijo en septiembre de 2019, mediante cesárea, volvió al gimnasio. “Dejé de entrar al agua a remar en el séptimo mes del embarazo, pero seguía en el gimnasio, hasta un día antes de la cesárea”, recuerda la deportista.

Su meta es competir nuevamente en el alto nivel y clasificar a Tokio 2020, lo que se concretaría en los primeros Juegos Olímpicos de su carrera deportiva. Y no hay nada ni nadie que la detenga en su afán de conseguir esa aspiración. 

“Para mí ha sido todo un desafío porque un corte de siete capas de piel lo vuelve todo más complicado, más aún en el ámbito deportivo. Aún así no se me fueron las esperanzas ni el objetivo, que era seguir entrenando para poder llegar a Tokio 2020“.      

En sus planes estaba ser mamá después de los Juegos Olímpicos, pero esta nueva faceta de su vida se le adelantó. Nunca pensó en retirarse definitivamente.

“Yo tenía en la cabeza que el embarazo no es una enfermedad, tampoco es algo que uno debe echarse a una cama, siempre estuve predispuesta a seguir entrenando y continuar levantando pesas”.

Cuando se enteró del embarazo, Anggie contó con el apoyo de su familia. El embarazo no fue un problema. El Comité Olímpico Ecuatoriano decidió esperarla y la Secretaría del Deporte la mantuvo en el Plan de Alto Rendimiento, donde ocupa la categoría Avanzado y recibe $ 1.182 mensuales a cambio de dedicarse de lleno a entrenar.  

Ese día el bebé entró por primera vez a un gimnasio; parecía estar a gusto, sonreía y miraba su entorno. Avegno no se sorprendió del comportamiento de su pequeño. No le da problemas nunca. (I)

Omaet Marcelo es el motor que impulsa la carrera deportiva de la andarina imbabureña   Karla Jaramillo
La marchista ecuatoriana Karla Jaramillo se convirtió en madre hace dos años y cuatro meses. A partir de allí se mueve a través del motor que significa Omaet Marcelo Moreno.

La imbabureña de 23 años tuvo a su pequeño a los 20 años y le tocó retirarse absolutamente del deporte competitivo.

Sin embargo, un mes después de dar a luz regresó a los entrenamientos con el director técnico Giovan Delgado, a quien agradeció por el respaldo. “Así como a mis padres, porque ellos fueron los que realmente me apoyaron en todo eso”.

Jaramillo está consciente de que muchas cosas cambiaron en su vida, tanto deportiva como personal. “Mi hijo me motiva al 100% a seguir en el deporte, porque después de que uno es madre no piensa solo en una, sino en su pequeño; y entre mis esfuerzos y empeño está que mi niño sea una persona grande y de bien”, mencionó la actual campeona sudamericana de los 20 kilómetros, título conseguido la temporada anterior en Lima (Perú).

En el plano deportivo, la andarina, quien además de consagrarse en la capital peruana consiguió la marca mínima para lograr la clasificación a los Juegos Olímpicos Tokio 2020, sabe que ser mamá es mucha responsabilidad. “Más allá de lo normal, porque cuando uno es madre vienen incluidas muchas cosas, como aprender a ser maestra, doctora, niñera. Creo que Dios nos da la fortaleza para ser tantas profesiones en una sola persona”, mencionó mientras jugaba con Omaet.

Además de la consagración en el Sudamericano de Lima, el año pasado, en 2019, Karla ganó la medalla de bronce en el Panamericano de marcha realizado en México.

“Esos triunfos son dedicados a Omaet Marcelo, porque cada sacrificio, como dejarlo con mis papás los días que me voy a competir o a entrenar, perderme algunos momentos importantes en su vida, tienen su premio en los logros”, afirmó la imbabureña.

El nombre significa “te amo” escrito al revés y Marcelo “mar y cielo”, refirió la ecuatoriana.

Este tiempo de cuarentena lo ha aprovechado para pasar con el niño. “Como ya es más grande, conversa mucho y juega. Entonces es algo que uno valora”. (I)

Corrió hasta los siete meses de gestación y clasificó a Londres 2012  después de ser madre    Rosalba Chacha
Rosalba Chacha esperaba con ansias a su hija Génesis, hoy de 13 años. Ella nació en enero de 2007, pero el año previo Rosalba casi no dejó de correr y de entrenar en medio de ese feliz acontecimiento.

Ella corrió hasta los siete meses de gestación, pero cada vez la intensidad de sus prácticas fue en descenso. Eso sí, le gustaba mucho trotar en medio del bosque; dejó de hacerlo por temor a una caída.

Génesis nació por cesárea, por esa razón Rosalba tardó entre tres y cuatro meses en volver a un gimnasio. En un año ya retomó su nivel competitivo para afrontar el ciclo olímpico para Londres 2012, que terminó con su clasificación a sus primeros Juegos Olímpicos.

Por el confinamiento, la situación será diferente y no se podrá reunir como acostumbra con su familia y la de su esposo. Sin embargo, se asemeja en algo a otros años. Por ejemplo, por su calendario, muchas veces pasó este día en soledad, por cumplir con las competencias fuera del país, pero siempre esperaba el llamado de su esposo e hija.

“Antes, el tiempo era para una, pero sin saber que cuando me convirtiera en madre, todo daría una vuelta total. Mi hija ha sido importante y el esfuerzo que hago es por ella. Una quiere que los hijos sean mejores que una y darles lo mejor”, dijo la deportista.

Con el nacimiento de su hija, la maratonista afrontó con mayor entusiasmo y motivación cada carrera. Todos sus triunfos son para ella y siempre trata de volver a casa lo más pronto, para compartir esas experiencias.

Si bien ella y su esposo Jaime Catota querían que Génesis se inclinara también por el atletismo, la joven se decantó por la natación. Ahora esperan que, en un futuro no muy lejano, ella también represente a Ecuador en esa rama.

Mientras dura la cuarentena, en casa, Rosalba se ejercita para no perder la forma. En este mes tenía previsto competir en pruebas europeas, en las que estaba segura de que alcanzaría un boleto a los Juegos Olímpicos de Tokio.

Ella estaba decidida a que sería así, pero ahora que todo cambió, sigue con el mismo ímpetu para alcanzar ese cupo. Espera que la Federación Ecuatoriana de Atletismo y la Secretaría del Deporte la respalden para estar en la maratón de Valencia, España, el 6 de diciembre, una prueba para registrar su marca para los JJ.OO. (I)

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