De los 13 ecuatorianos que están clasificados a la edición 31 de los Juego Olímpicos, a celebrarse en Río de Janeiro el año entrante, 10 son atletas, y de estos, 6 son marchistas, evidenciando una vez más que la marcha olímpica es la disciplina bandera del país. No por nada es la única en la que Ecuador registra medallas olímpicas.  

Los 6 andarines que inscribieron sus nombres para la cita olímpica ‘carioca’ son: Paola Pérez, Andrés Chocho, Jonathan Cáceres, Claudio Villanueva, Mauricio Arteaga y Daniel Pintado. Todos provenientes de Azuay.

Los otros atletas que accedieron a las Olimpiadas de 2016 son los fondistas Rosa Alba Chacha, Byron Piedra y Miguel Almachi, y la velocista Ángela Tenorio.

Dominio de la marcha

Juan Chocho, hermano de Luis Chocho y tío de Andrés Chocho, explica que el progreso de la caminata olímpica se debe al enfoque que desde hace 2 décadas se da en la provincia de Azuay a explotar el potencial que, por naturaleza, tiene este territorio, ubicado a 2.500 metros sobre el nivel del mar.

“En general, en la región andina, por vivir en la altitud sobre el nivel del mar, tenemos más glóbulos rojos en la sangre. Entonces tenemos que desarrollarnos en lo que somos buenos”.

Pero a estas características se suma una adecuada metodología de entrenamiento, en la que se respetan las edades cronológica, deportiva y biológica de los andarines. Las cargas de entrenamiento para niños y jóvenes son las que se ajustan a sus edades y características.

“Las instrucciones para un niño de 12 años que recién empieza no pueden ser iguales a las de un niño de 12 años que lleva 3 de práctica. Igual, no podemos dirigir las mismas tablas para un chico de 12 años, más desarrollado físicamente, que para uno de la misma edad, pero más pequeño”.

Con esa filosofía, la escuela de marcha de los Chocho ha descubierto talentos y los ha encauzado al alto rendimiento, por eso no extraña que los 6 caminantes que tienen cupo en los Juegos Olímpicos de 2016 hayan tenido, en su momento, la orientación de los hermanos Chocho.

Incluso Byron Piedra se aleccionó con ellos; entre los 15 y 18 años recibió su adiestramiento en pruebas de medio fondo y fondo.

Desarrollo desde 1971

Freddy Vivanco, entrenador de Rosa Alba Chacha y exaleccionador de Miguel Almachi, relata que en 1971 la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) realizó un estudio en el que se concluyó que en países con ciudades de altitud, debido a la alimentación y al biotipo de los exponentes, es ideal desarrollar deportes de largo aliento.

“México, Colombia, Ecuador, Bolivia... han tenido buenos marchistas y fondistas. En nuestro país, cabe reconocer que la provincia que mejor ha proyectado a sus deportistas a escala internacional es Azuay”, pronuncia la entidad.

No le extrañaría que a las Olimpiadas accedan 1 marchista y 1 o 2 maratonistas más. Andarines con posibilidades de ir a Río son Xavier Moreno, Rolando Saquipay, y los maratonistas Manuel Cañar, Segundo Jami, Ángela Brito, Lorena Velásquez, Silvia Paredes.

En las pruebas de velocidad, en las que todavía no se consigue aún avances significativos, no descarta que Álex Quiñónez consiga boleto. En salto alto podrían estar Diego Ferrín o Adrián Sornoza, y Andrés Landeta en salto largo.

Pese a estas expectativas, Vivanco cree necesario esperar si la Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo (IAAF) cambia o mantiene las marcas mínimas para clasificar a los Juegos Olímpicos de 2016. Esto se resolvería en noviembre. Si decide hacerlo, las marcas serán más exigentes.

Por primera vez en maratón

Aunque en 2016 Byron Piedra (33 años) participará por cuarta vez en una olimpiada, será la primera vez que lo haga en la maratón (42,196 kilómetros). En Atenas 2004 estuvo en los 800 metros, en Pekín 2008 en los 1.500 metros y en Londres 2012 en los 10.000.

Su preparación se enfoca en subir las distancias durante los ensayos. Ayer comenzó su nuevo reto: completar los 240 kilómetros semanales; antes ya cumplió en 140 y 200 kilómetros.

El 17 de enero de 2016 intervendrá en la Maratón de Houston y buscará otra maratón para abril. Su aspiración en Houston es bajar su mejor marca: 2 horas con 14 minutos (2h14m) a 2h10m. (I)