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El Telégrafo
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Reino UNido busca eliminar la presencia de extremistas en ese país

Foley llevaba un traje similar al de los presos en Guantánamo

El periodista James Foley (con cámara en mano) en una cobertura en el aeropuerto de Sirte, en Libia. Foto: AFP.
El periodista James Foley (con cámara en mano) en una cobertura en el aeropuerto de Sirte, en Libia. Foto: AFP.
21 de agosto de 2014 - 00:00 - Agencias AFP/EFE

El video de la presunta decapitación del periodista estadounidense, James Foley, a manos de yihadistas representa el último episodio de la guerra lanzada por estos extremistas en las redes sociales para sembrar el terror y, a su vez, reclutar nuevos combatientes.

Aunque los grupos yihadistas ya utilizaban sus propios medios para difundir mensajes y videos, recientemente plataformas como Twitter y YouTube les han permitido alcanzar una mayor audiencia.

A pesar del cierre de sus cuentas, los yihadistas crean rápidamente otras con nombres diferentes.

Un yihadista del Estado Islámico (EI) subió el martes a YouTube el video sobre el brutal asesinato del periodista estadounidense James Foley. Los extremistas dijeron que la decapitación era una represalia por los bombardeos que inició, el 8 de agosto, la aviación estadounidense a sus posiciones en Irak. Ayer se realizaron 14 nuevos ataques.  

La Casa Blanca y el FBI estadounidense consideraron este video auténtico, según el portal GlobalPost para el que trabajaba el reportero.

El documento lleva la marca de fábrica de los videos yihadistas: Foley aparece vestido con un traje naranja similar al de los presos islamistas de la prisión estadounidense de Guantánamo.

Los yihadistas lo acusaron en internet de ser un espía o indicaron que merecía la muerte por ser un estadounidense no musulmán.

YouTube retiró rápidamente el video, pero las imágenes estaban ya reproducidas en otros portales y las capturas de pantalla circulaban en las cuentas de los yihadistas.

Los extremistas utilizaron Twitter para difundir estas imágenes junto a otras de actos de humillación y torturas cometidos por los soldados estadounidenses en la prisión iraquí de Abu Ghraib.

 El presidente estadounidense, Barack Obama, extendió sus condolencias a la familia del periodista.

El primer ministro británico, David Cameron, dijo ayer que el yihadista que decapitó a Foley es posiblemente británico y prometió que hará lo que sea para detener el flujo de voluntarios a las filas de EI en Siria e Irak. “No hemos identificado al responsable, pero por lo que hemos visto cada vez es más probable que se trate de un ciudadano británico”, manifestó Cameron.

Colegas periodistas rindieron tributo ayer a la valentía, la compasión y el buen humor con que Foley realizaba el trabajo que había elegido, arrojando luz sobre quienes se hallaban atrapados en la oscuridad de la guerra. Foley, de 40 años, cubrió la guerra en Libia antes de viajar a Siria, donde trabajó como freelance para GlobalPost, la AFP y otros medios. Fue secuestrado en la provincia siria de Idlibel, en 2012.

Durante la guerra civil en Libia, en 2011, Foley también sufrió un secuestro de 6 semanas junto a la periodista estadounidense Clare Morgana Gillis y el fotógrafo español Manu Brabo.

A la par de lo ocurrido con Foley, el avance de los yihadistas del EI continúa en Irak. Se estima que medio millón de civiles iraquíes han huido hacia la frontera kurda, algunos son niños que viajan solos por el desierto.

Armado con el arsenal estadounidense, que ha ido obteniendo durante sus victorias sobre el ejército iraquí en la región, el EI tendría 15.000 combatientes y un fondo de $ 2.000 millones, según revelaron fuentes a la cadena inglesa BBC.

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