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El Telégrafo
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La figura emergente de la nueva derecha del país austral, María Eugenia Vidal, ganó la gobernación de Buenos Aires con el 39,62%

Entre Scioli y Macri hay una diferencia de 619.622 votos

Daniel Scioli (i) y Mauricio Macri van a segunda vuelta en Argentina. Foto: AFP
Daniel Scioli (i) y Mauricio Macri van a segunda vuelta en Argentina. Foto: AFP
27 de octubre de 2015 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Argentina

La victoria lograda en las elecciones del domingo por el candidato del oficialista Frente para la Victoria (FpV), Daniel Scioli,  selló un histórico balotaje en Argentina que abre muchos interrogantes ante el avance de la derecha que amenaza 12 años de gobierno ‘kirchnerista’. Scioli venció con solo dos puntos de ventaja al postulante de la alianza derechista Cambiemos, el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, y no pudo evitar una segunda vuelta el 22 de noviembre próximo.

“Debemos definir qué tipo de país queremos vivir”. Entre un modelo que rescata el rol del Estado o un “mercado que no contiene, no incluye. Si van a gobernar los intereses del pueblo u otras esferas y otros intereses”, dijo Scioli este lunes en rueda de prensa al poner en marcha la campaña y anunciar su disposición a realizar un debate con su rival.

El ‘kirchnerismo’ perdió mucho más de lo que ganó en esta primera vuelta. Si bien la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini fue la más votada, con el 36,86% de los votos, obtuvo 1,81 puntos menos que en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias  (PASO) del 9 de agosto pasado, cuando había alcanzado el 38,67%. En contraposición, Macri obtuvo el 34,33%, 4,21 puntos más que en las primarias, cuando llegó al 30,12% con la sumatoria de los tres candidatos que concurrieron a las elecciones internas en su alianza. De una diferencia de 8,55 puntos en agosto se pasó a solo 2,53 puntos este domingo, un virtual empate de cara al balotaje de noviembre: Scioli obtuvo 9’002.242 sufragios contra los 8’382.620 de Macri.

De tal forma Scioli no perdió votos, ganó unos 300.000 en relación a las PASO cuando obtuvo 8’720.146 sufragios contra los 6’790.982 de Cambiemos. La diferencia fue que la participación electoral aumentó 7 puntos desde las PASO al domingo con un 80,86% de asistencia electoral. Macri arrasó en esa franja que no votó en las primarias al pedir el “voto útil” para evitar un triunfo de Scioli en primera vuelta.

“Es un  cambio trascendente” en la vida política argentina, dijo este lunes Macri.

El ‘kirchnerismo’ aún no se sobreponía del mazazo que significó perder el domingo la estratégica gobernación de la provincia de Buenos Aires, donde vota el 37% del padrón nacional y donde se juega la ‘madre de todas las batallas’. Históricamente, quien vence en el territorio bonaerense gana la elección nacional.

Allí, contra todos los pronósticos, triunfó una figura emergente de la nueva derecha argentina, la actual vicejefa de la ciudad de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, con el 39,62% de los votos sobre el postulante a gobernador ‘kirchnerista’, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, que obtuvo el 35,18%. Incluso, Cambiemos triunfó en el feudo del ministro de gobierno, la ciudad de Quilmes, de la mano del chef televisivo Martiniano Molina, así como en numerosos distritos bonaerenses que eran históricos bastiones del peronismo. “Llega el momento en que yo tenga que dar un paso al costado”, indicó Aníbal Fernández, que tiene una fuerte imagen negativa y fue acusado desde el opositor Grupo Clarín de tener vínculos con el narcotráfico.              

Scioli tuvo que conformarse con haber sido el más votado en la provincia de Buenos Aires –un dato no menor de cara al balotaje- con 37,13%, frente al 32,92% de Macri, lo que reflejó el gran corte de boleta a favor de Vidal y abrió un gran interrogante ya que en ese distrito se dirimirá al nuevo presidente.

En total Scioli ganó en 17 distritos, Cambiemos en 6  (en 5 de los 6 más populosos) y la Alianza Compromiso Federal del peronista Adolfo Rodríguez Saa triunfó en su bastión de San Luis, centro del país.

Una noticia positiva para el ‘kirchnerismo’ fue el triunfo de Alicia Kirchner, hermana del fallecido expresidente Néstor Kirchner y actual ministra de Acción Social, en la gobernación de la patagónica provincia de Santa Cruz. En ese distrito Máximo Kirchner, hijo de la mandataria Cristina Fernández, fue electo diputado nacional.

Pero el ‘kirchnerismo’ quedó sin quórum propio (129 bancas) en la Cámara de Diputados (perdió 26 de las 131 que tenía junto a sus aliados). Cambiemos, a su vez, sumaba unos 29 diputados. En conjunto los partidos de la alianza (Propuesta Republicana de Macri, la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica) tendrían 90 legisladores, lejos de los 129 necesarios para tener quórum propio. Sin embargo, el oficialismo mantuvo su hegemonía en el Senado, donde ganó tres bancas de las 40 que ya contaba contra 16 que tendría ahora Cambiemos.

En las filas ‘kirchneristas’ reinaba el asombro por el resultado de los comicios y comenzaba el pase de facturas en la dirigencia por los errores cometidos en esta campaña. En ese punto, algunos dirigentes se animaban a remarcar en voz baja la negativa de Scioli a participar en el primer debate de la historia electoral argentina el 4 de octubre pasado cuando fue el único ausente. Pero todas las miradas apuntaban a la decisión de respaldar dentro del ‘kirchnerismo duro’ la candidatura de Aníbal Fernández, vencedor de las internas de agosto pero con una imagen negativa muy fuerte. “En vez de arrastrar votos para Scioli, perdió las elecciones y terminó restándole votos”, confiaban dirigentes. En especial, muchos son los que se lamentan haber desechado la candidatura de una figura emergente del ‘kirchnerismo’ como el titular de la Administración nacional de la seguridad social (Anses), Diego Bossio, uno de los políticos jóvenes con mejor imagen del oficialismo. En relación a las PASO, Scioli sacó en el distrito bonaerense tres puntos menos.

Ahora, todas las miradas estarán puestas en los votantes del peronista renovador Sergio Massa, tercero con el 21% de los votos, cuyo electorado estuvo conformado por un voto opositor peronista en su mayoría, pero con un gran componente opositor.

Scioli ya les hizo un guiño: “No tengo duda de que esos votantes peronistas, del campo nacional y popular, creen en el rol del Estado”. Macri no se quedó atrás: “En la etapa que viene hay que ser muy abierto al diálogo. Vamos a dialogar con los dirigentes que han participado de la elección” para “maximizar las coincidencias”. (I)

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