El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte (foto), se comparó con Adolf Hitler y dijo que quisiera matar a tres millones de drogadictos que hay en el país. En una nueva defensa de su guerra contra la droga, que ha causado en tres meses 3.500 muertos entre narcotraficantes y policías, Duterte fue más allá al decir que acabaría con los consumidores.

Duterte, de 71 años, conocido por su lenguaje soez, también calificó de “hipócritas” a Estados Unidos y a la Unión Europea, que criticaron su violenta campaña contra el tráfico de droga.

“Hitler masacró a tres millones de judíos (durante la Segunda Guerra Mundial. Pues hay tres millones de drogadictos (en Filipinas). Estaría feliz de masacrarlos”, dijo ayer en un discurso.

“Si Alemania tuvo a Hitler, Filipinas tendrá...” dijo señalándose a sí mismo. “¿Saben?, víctimas mías, me gustaría que fueran todos criminales para acabar con el problema de mi país y salvar a la próxima generación de la perdición”.

El nuevo presidente filipino llegado al poder en mayo, prometió matar a decenas de miles de criminales con el objetivo de eliminar las drogas ilegales del país en seis meses.

Numerosas organizaciones de defensa de los derechos humanos y gobiernos occidentales han criticado duramente esta política, que consideran que viola los derechos humanos.

El mandatario también insulta con frecuencia a críticos y opositores políticos, como al presidente estadounidense, Barack Obama, a quien llamó “hijo de puta”.

También respondió con ofensas a críticas de la Unión Europea y se negó a reunirse con el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, y tildó a la entidad de “inútil” y amenazó con sacar a Filipinas de la organización. (I)