Dos visiones de país se enfrentan en Argentina

El balotaje del 22 de noviembre en Argentina definirá el futuro del país austral para los próximos 4 años y especialmente sus políticas de Estado, como la relación con sus vecinos y el mundo en general, así como el rumbo económico y social de la nación.  

No se trata de una elección más. Estos comicios podrán tener repercusión en Sudamérica, donde otros gobiernos de izquierda, como el de Dilma Rousseff en Brasil, enfrentan serios desafíos institucionales.

El candidato del gobernante Frente para la Victoria (FpV), Daniel Scioli, y  su rival de la derechista alianza Cambiemos, Mauricio Macri, vienen ambos del neoliberalismo de la década del 90, pero hoy representan dos proyectos contrapuestos.

Scioli defiende el modelo “nacional y popular” encarnado por el peronismo “kirchnerista” y tildado de “populista” por la oposición, con fuerte participación del Estado y que apunta a la inclusión social.  Pero debe afrontar el desgaste de 12 años de gestión -más allá de aciertos y errores-  en la que el país logró salir de la peor crisis de su historia con fuertes avances sociales y en materia de derechos, pero también con sonados casos de corrupción, críticas por prácticas “clientelares” y manipulación de estadísticas que provocaron un deterioro en su relación con un importante sector  del electorado.

Macri fue hasta hace pocas semanas consecuente con sus ideas. Siempre ha sido un férreo defensor del neoliberalismo y se ha opuesto a las políticas sociales y nacionalizaciones que encararon los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, así como leyes de ampliación de derechos, como el matrimonio igualitario, la ley de género y de fertilización asistida con acceso universal a procedimientos y técnicas de reproducción. Sin embargo, en las últimas semanas, movido por las encuestas,  dio un brusco giro. Dijo que -en caso de acceder a la presidencia- no tocará los planes de ayuda social y mantendrá  bajo órbita estatal jubilaciones y pensiones y las empresas Yacimientos Petrolíferos Fiscales y Aerolíneas Argentinas, todas privatizadas en la década del 90.

A continuación las visiones de ambos candidatos sobre tres ejes fundamentales que enfrentará el país austral de frente al futuro.

Política Internacional

Scioli pretende continuar la integración latinoamericana. En las últimas semanas se reunió con varios líderes regionales, como los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva y José Mujica. Defiende la idea del multilateralismo democrático, una nueva forma de diálogo con Estados Unidos y fortalecer las relaciones de cooperación con China, Rusia, India, Sudáfrica y la Unión Europea (UE). También busca mayor protagonismo en el G-77 y ratificar  la reivindicación de la negociación pacífica por la soberanía de las Malvinas.

Macri delineó en una frase su plan de política regional: “Vamos a exigir la liberación de (el encarcelado opositor venezolano) Leopoldo López, y si (Nicolás) Maduro no acepta vamos a reunir a los países de Mercosur para pedir que se ejecute la cláusula democrática” que prevé la posibilidad de suspender a un país socio del bloque y aplicarle sanciones comerciales. Además, impulsa un acercamiento con Estados Unidos y Alemania. En su última gira internacional, dijo que Argentina debía “reinsertarse en el mundo” y abandonar el “eje bolivariano”. En 1997, cuando era presidente de Boca Juniors, afirmó que recuperar las Islas Malvinas  “sería un fuerte déficit adicional para Argentina. Nunca entendí los temas de soberanía en un país tan grande como el nuestro”. Ahora, en plena campaña, dijo: “Estas islas en el Atlántico, de manera inexorable y en paz, serán nuestras”.

Fondos buitre

Scioli se ha movido en línea con la postura de gobierno de no negociar con los “holdouts”, al menos en el corto plazo. El gobierno “ha demostrado” que se puede obtener “líneas de crédito internacionales” sin necesidad de ir “detrás de los buitres a arreglar como sea. En un momento se van a unir la voluntad de Argentina de regularizar esto y la de ellos de cobrar. No es un tema prioritario en mi agenda”.

A mediados de 2014, tras el fallo del juez de Nueva York, Thomas Griesa, que ordenó a Buenos Aires pagarle a los “fondos buitre”, Macri afirmó que “ahora hay que ir, sentarse en el tribunal de Griesa y lo que él termine diciendo, hay que hacerlo. Sino, entramos en default. Ahora ya nos ejecutaron. Tenemos que ir y pagar. Cualquier cosa que consigamos que no sea pagar al contado, va a ser mejor que nada. Y si hay que pagar al contado se pagará al contado”.

Rol del Estado

Si bien en la década del 90 Scioli fue un férreo defensor del neoliberalismo y de las privatizaciones de empresas públicas, hoy apoya una activa participación del Estado en el desarrollo de políticas públicas y sociales. “Hay cuestiones que el mercado no resuelve, no contiene, no incluye”, afirmó. “¿Ustedes se imaginan el mercado por sí mismo invirtiendo en ciencia y tecnología para posiblemente tener resultados en décadas? No, allí es donde tiene que estar el Estado, el Estado promotor de oportunidades”.

Macri durante décadas defendió un Estado mínimo de la mano del neoliberalismo y hoy ataca la visión del “kirchnerismo”, denunciando casos de corrupción, manipulación de estadísticas y el uso de prácticas “clientelares”. “La sociedad tomó conciencia de que ellos en realidad no han defendido el Estado. Hacen uso y abuso del Estado de manera discrecional con los dineros públicos y al servicio de (el ala juvenil “kirchnerista”) La Cámpora”. En las últimas semanas dio un giro en su discurso y dijo que mantendrá “las cosas que se hicieron bien” como la Asignación Universal por Hijo y distintas políticas de inclusión social. (I)