Militantes de organizaciones sociales y políticas cumplieron ayer el segundo día de acampada en la Plaza de Mayo. Es una protesta para rechazar el plan de ajustes y pedir la liberación de la dirigente social, Milagro Sala, quien permanece detenida en la provincia de Jujuy. La Policía amenaza con desalojarlos.

Los manifestantes llegaron a la plaza la tarde del miércoles y montaron pequeñas carpas. Los militantes son de La Cámpora, del Movimiento Evita, de Quebracho, del Movimiento Nacional Latinoamericanista Estudiantil (Miles), de la Túpac Amaru y de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).

Sobre el vallado instalado hace años frente a la Pirámide de Mayo  colocaron una gran bandera con la leyenda: “Libertad a Milagro Sala, no a la criminalización de la protesta”. En una breve carta escrita desde la cárcel, la dirigente agradeció el apoyo. “No bajemos los brazos en esta lucha de todos”.

“Donde hay una necesidad ahí estamos, compañeros y amigos”, comienza el texto escrito con el puño y letra de la líder de la Túpac Amaru. “Su presencia en Plaza de Mayo me fortalece y emociona”.

Pero a través de un comunicado en su portal web, la CTEP informó que corren el riesgo de ser reprimidos. El pasado miércoles llegó una orden de desalojo y en la medianoche fueron rodeados por personal de la Policía Civil. “Todo indica que van a venir”, indicó Juan Martín Carpenco, miembro del CTEP.

Sala, considerada la primera presa política en el gobierno de Mauricio Macri, está en prisión hace 12 días por “discrepancias políticas” con el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, quien la denunció por incitar a la protesta pública y el tumulto.

Los manifestantes también rechazan las políticas de ajustes del nuevo gobierno. El Ejecutivo eliminó el miércoles los subsidios de la tarifa de electricidad aplicados en los 12 años de kirchnerismo y entidades de consumidores calcularon que puede haber alzas de entre 300% y 500%.  Además se han registrado despidos en el sector público. (I)