Líderes rusos reaccionaron con enojo ayer ante la decisión del presidente Barack Obama de imponer más sanciones a los bancos rusos, las empresas de energía y empresas de defensa por encima de las acciones de Rusia en Ucrania. “Las sanciones son terribles”, dijo el primer ministro, Dmitri Medvedev, quien advirtió que las medidas tomadas por Washington y la Unión Europea podrían dar lugar a un empeoramiento de las relaciones y posibles represalias de Rusia. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia advirtió que no iba a “tolerar el chantaje” y se reservó el derecho de adoptar contramedidas, según la agencia estatal de noticias RIA Novosti. El viceprimer ministro Dmitri Rogozin fue igualmente desafiante, al tuitear: “Las sanciones impuestas por Washington a empresas del sector ruso de defensa son ilegales y demuestran que Estados Unidos se dedica a la competencia desleal en el mercado de armas”. Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, señaló que las acciones contra empresas de su país pueden llevar a las relaciones entre Washington y Moscú a un punto muerto. El gobernante ruso -además- advirtió que las sanciones suelen tener un efecto boomerang y podrían acabar causando un daño muy grave para Estados Unidos y sus intereses estratégicos. Las sanciones limitan el acceso de varias empresas rusas a fuentes de financiación en Estados Unidos, según indicó ayer el Departamento del Tesoro estadounidense. Entre las empresas objeto de estas sanciones figuran importantes entidades rusas, como los bancos Gazprombank y Vnesheconombank y las compañías energéticas Rosneft y OAO Novatek. Han sido sancionadas 8 empresas estatales de defensa, entre ellos Gazprombank y Vnesheconombank, así como Rosneft y Novatec. En la lista están incluidos también varios individuos, entre ellos el vicepresidente de la Cámara baja del Parlamento ruso, Serguéi Neverov.