El exarzobispo de la iglesia anglicana de Canterbury, George Carey, acusó  al primer ministro británico, David Cameron, de adoptar posiciones capaces de llevar a los católicos del país a sentirse como una minoría marginada. Un reciente sondeo de la firma ComRes reveló que las dos terceras partes de los encuestados entre los católicos británicos se sienten como parte de una minoría perseguida, afirmó Carey.