Cinco países mediterráneos de la Unión Europea (UE), entre ellos España, pidieron ayuda a la Unión Europea  para enfrentar la fuerte presión migratoria que sufren a raíz de las revueltas populares en el norte de África. Chipre, Grecia, Italia, Malta y España firmaron un comunicado conjunto luego de un encuentro en Nicosia, detallando cómo gestionar y prevenir mejor la inmigración ilegal, el asilo y la protección de los refugiados. El comunicado urge a la  UE  a ofrecer apoyo operacional así como financiero a los estados miembro que enfrentan un flujo migratorio masivo y desproporcionado. El pedido de ayer  interviene luego de una reunión en febrero, en Roma, en la que Francia también respaldó la iniciativa. Asistieron a la reunión  ministros de interior y responsables de seguridad, además de un representante de España. Los cinco expresaron preocupación por el desarrollo de la situación en África del Norte y Medio Oriente, señalando que representa una amenaza a la estabilidad del Mediterráneo que está “directamente relacionada a la seguridad y la estabilidad de la UE”. Los países del Mediterráneo miembros de la UE señalaron la presión de un flujo “inmigratorio ilegal masivo” y que se necesita mayor coordinación desde Bruselas (Bélgica) para las fronteras del sur. Pidieron una acción más efectiva de la UE y fondos adicionales. El ministro de Interior chipriota, Neoclis Sylikiotis, dijo que la UE debe actuar colectivamente  y no los  deben dejar hacer frente solos a estos desafíos. Los cinco países también reclamaron programas de repatriación reforzados y que se revisen las regulaciones de Dublín II, que determina qué estados de la Unión Europea son responsables de procesar las demandas de asilo.