Una niña de 4 años permaneció escondida entre los cadáveres de una matanza registrada en los Alpes franceses, donde se halló un vehículo de matrícula británica en el que sus ocupantes habían sido acribillados a balazos en una zona boscosa de la localidad de Chevaline, en el lago de Annecy. La pequeña habla inglés y presuntamente es familia de las víctimas de la masacre, en la que murieron cuatro personas y una quinta, otra menor de seis años, resultó herida grave en la cabeza.