El aperitivo de la apertura de los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016 tuvo un alto condimento político: miles de personas cerraron la Avenida Atlántica, en la famosa playa de Copacabana, para protestar contra el gobierno interino del presidente en ejercicio, Michel Temer, a quien le gritaban golpista. También familiares de víctimas de la violencia policial, agrupación de madres de las favelas, protestaron contra el gobierno del estado de Río de Janeiro y la realización de los Juegos Olímpicos. La fiesta deportiva es resguardada por 85.000 agentes de seguridad. La decisión del vicepresidente Temer de romper con Rousseff y buscar la presidencia aprovechando el juicio político de su excompañera de fórmula en 2010 y 2014 le costó caro a la organización. Los juegos iniciaron a la espera de que el Senado se pronuncie sobre la destitución de Rousseff, a fin de mes, acusada de delitos fiscales, una maniobra que el Partido de los Trabajadores considera un “golpe”. Rousseff, desde Twitter, dijo que está “triste” por no participar en vivo y en directo de la ceremonia inaugural. Ni ella ni Luiz Inácio Lula da Silva, su antecesor, aceptaron las invitaciones a la fiesta del comité organizador, ya que consideran ilegítimo a Temer. (I) {unitegallery brasil_marchas_06_08_16} Escuche el reporte de nuestro corresponsal en Brasil, Pablo Giuliano.