Los hermanos Díaz, Francisca, de 91 años, y Florencio, de 80, resisten en un antiguo pueblo llamado Matagusanos, localizado en San Juan, Argentina. Viven sin agua potable ni luz eléctrica. El pueblo está ubicado en la legendaria ruta 40, donde a la fecha pasan pocos vehículos y menos transeúntes. “El tiempo se ha olvidado de nosotros y ya no envejecemos más”, cuenta el hombre que ha perdido esperanzas, sin embargo reconoce que vive en un lugar hermoso; aunque su nombre no es tan atractivo. Se llama así porque ahí no crece nada. “No hay vida, la tierra es seca y arcillosa, las semillas se mueren solas y ni los gusanos aguantan”, explica Florencio. En esta localidad, la tierra es seca, debido a las temperaturas extremas: más de 40 grados y 10 grados bajo cero. Los hermanos están en esta localidad desde 1991. No han pisado una escuela. “Vine a acompañarla a ella, somos hermanos muy unidos”, confiesa el hombre. Hasta abril de 2021, vivían con uno de los hijos de Francisca. Sin embargo, la joven se fue a vivir a Albardón, un pueblo vecino. “El otro hijo viene cada quince días, o cuando se acuerda”, dice la mujer. Los hermanos confiesan que han sentido ganas de volver a su ciudad natal: Valle Fértil. Sin embargo -dicen- no imaginan vivir en un lugar con las puertas cerradas por la inseguridad.