Medio millón de trabajadores bancarios en Brasil cumplieron este miércoles más de dos semanas de huelga en demanda de mejoras salariales y otros beneficios. Según la Confederación Nacional de Trabajadores del Ramo Financiero (Contraf), hay unas 13.000 agencias paralizadas en todo el país, lo que representa poco más del 50% de todas las oficinas bancarias. La huelga, convocada por tiempo indeterminado, fue decidida tras cinco rondas de infructuosas negociaciones e impacta en la atención al público tanto en entidades privadas como estatales. Algunos de los bancos paralizados son los privados Itaú, Bradesco y Santander así como los estatales Banco do Brasil y Caixa. La movilización completó dos semanas el martes. La última ronda de negociaciones entre líderes sindicales y representantes de la patronal Federación Nacional de Bancos (Fenaban), el pasado 13 de septiembre, se saldó con un fracaso. Los sindicatos reclaman una mejora salarial de 14,78% que contempla una compensación de la inflación (de 9,57% de promedio en doce meses, según el pliego de reivindicaciones), más un 5% de aumento. También pretenden subir el piso salarial, de unos 1.800 reales (casi 550 dólares al cambio actual) a 3.940 reales e incrementar el bono que reciben como participación en el lucro de las empresas. La más reciente oferta de los bancos planteaba un reajuste de 7% más un abono de 3.300 reales entre otros beneficios. Los cajeros electrónicos siguen siendo abastecidos con efectivo y las cuentas pueden cancelarse vía internet o en otras dependencias, como los correos. Los empleados bancarios se sumarán a una jornada de paralización nacional convocada para este jueves por varias centrales sindicales como la CTB o la CUT, "en defensa de los derechos sociales y laborales".  (I)