Catar inició este domingo 17 de mayo del 2020 la aplicación de sanciones que van desde tres años de cárcel hasta multas de casi 50.000 euros a las personas que no lleven mascarilla en público, en un intento de frenar la rápida propagación del nuevo coronavirus en el país y que ha infectado a más de 30.000 personas. El 1,1% de la población de este pequeño país del golfo Pérsico de 2,75 millones de personas ha contraído el virus. Hasta ahora, se han reportado 15 víctimas. Solo los microestados de San Marino y el Vaticano han registrado tasas de infección por habitante más altas, según el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades. Según las autoridades de Catar, las reuniones familiares durante el ayuno del ramadán podrían haber favorecido la propagación del virus. Los restaurantes, cines, escuelas, centros comerciales y mezquitas han sido cerrados, pero la construcción -sobre todo la vinculada a la Copa del Mundo de Fútbol de 2022- se ha mantenido con reglas de distanciamiento físico y la obligación de llevar mascarilla desde el 26 de abril. (I)