Publicidad

Ecuador, 26 de Junio de 2025
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
+593 98 777 7778
El Telégrafo
Ecuado TV
Pública FM
Ecuado TV
Pública FM

Publicidad

Comparte

Aún no llegan al destino final dentro del país sudamericano

Tres peculiares personajes los acompañaron hasta Manaos

De derecha a  izquierda: Gabriel Echeverría, Pamela Mejía, Manuel Varese y Nicolás Malo descansan durante el viaje en Brasil. Foto: Cortesía Nicolás Malo.
De derecha a izquierda: Gabriel Echeverría, Pamela Mejía, Manuel Varese y Nicolás Malo descansan durante el viaje en Brasil. Foto: Cortesía Nicolás Malo.
-

“Las circunstancias del viaje son semejantes al clima que nos acompaña: variables. Estamos en Puerto Público de Tabatinga, el primer poblado amazónico de Brasil, y lo único que queremos es irnos hacia Manaos para ganar tiempo.

Nuestra prisa no se debe a ninguna mala experiencia en Tabatinga, más bien se justifica en lo caótico de nuestro desplazamiento desde Iquitos hasta Santa Rosa (Perú) en el barco peruano del subteniente Díaz. Lo único bueno de ese tramo del recorrido fue desembarcar en Santa Rosa y quedar en dirección de Leticia (Colombia) y Tabatinga.  

Luego de la ducha mañanera, Gabriel, Ricardo y Manuel partieron a cambiar dólares por reales brasileños, necesitábamos la moneda local para adquirir los boletos de barco. El trámite no fue sencillo, la casa de cambios rechazó buena parte de billetes por tener pequeñas marcas o manchas de tinta. Lo bueno es que los muchachos consiguieron un precio mayor al de la cotización del día. Oficialmente cada dólar estaba en 2,21 reales, pero les dieron 2,45. Esto compensó en algo no haber cambiado la cantidad de dólares que  deseábamos.

Cuando llegaron al sitio donde pasamos la noche, Pamela, David y yo los esperábamos con las maletas listas. Parte del dinero que trajeron lo utilizamos en pagar el hospedaje y los alimentos de la noche anterior. Salimos con prisa, el navío que pensábamos tomar debía zarpar a las 11:00 y aún no comprábamos los boletos de viaje.  

La preocupación de no llegar a tiempo o quedarnos sin pasajes nos puso nerviosos. Ningún vehículo quería llevarnos a todos con nuestro equipaje. Optamos por designar un emisario para adquirir los boletos.

El elegido fue Gabriel, quien subió al primer taxi-moto que se cruzó en la vía. Cuando le dimos alcance en una camioneta nos tranquilizó saber que encontró pasajes disponibles. Después del registro de pasajeros pasamos al muelle. Ver una barca reluciente nos elevó el ánimo, no tenía nada que ver con los deslizadores pequeños en los que nos habíamos trasladado hasta entonces, menos con el bote lento y estrecho del subteniente Díaz.

Antes de abordar, la Policía Federal de Brasil muy cordialmente revisó equipaje y documentos. La limpieza y el orden eran notorios. Todo nos hacía pensar que se trataría de un gran viaje.

Los compañeros de viaje

‘Dona Elbia Cabral’, el barco que nos lleva a Manaos, no solo nos da la oportunidad de movilizarnos con confort y seguridad, sino de tratar a personajes un tanto peculiares, como ‘Don Cachaca’, el ‘Vengador Mestizo’ y ‘Kronos’.

El primero es un hombre de edad y nacionalidades indeterminadas. A varios tripulantes les dijo que es colombiano, a otros que es brasileño. Su acento al hablar nos despistaba más, no se acercaba ni a lo uno ni a lo otro. Sin embargo, encontró en el alcohol la mejor manera de socializar. A la mayoría de personas que encontraba en su paso les ofrecía licor de caña. Eso lo caracterizó durante el viaje.

El ‘Vengador Mestizo’ es el primer ecuatoriano que vemos desde nuestra partida de Nuevo Rocafuerte. Su verdadero nombre es Santiago, un joven quiteño con ínfulas de galán, quien se acercó a nosotros cuando vio flamear junto a las hamacas la bandera tricolor.

Santiago es de aquellos que no pierden oportunidad con una chica. De eso nos dimos cuenta apenas bajamos en Benjamín Constant, un municipio del estado de Amazonas, donde el transporte se detuvo para que los pasajeros almorzáramos o compráramos comida, pues en el barco solo teníamos derecho a cena.

Con la finalidad de ahorrar dinero decidimos adquirir un pollo y salsa de soya. La carne la asaríamos en la parrilla de la cubierta. Al momento de retornar, Santiago se prendó de una indígena amazónica de aproximadamente 20 años, que trepó con una bebé de 2 años.

Para el asado, que se interrumpió 10 minutos debido a un inesperado aguacero, Santiago colaboró con una menestra. Todos comimos hasta saciarnos.

Desde ese entonces, nuestro compatriota concentró su atención en conquistar a la veinteañera. Aproximadamente a las 17:00, personal de la embarcación invitó a la tripulación a la merienda.

La sopa de carne con harina de yuca estuvo buenísima. La cena sirvió de pretexto para acudir al piso alto, observar la noche despejada, disfrutar la música de planta, jugar bingo gratis y tomar unas cervezas. Es ahí donde ‘Kronos’, un alemán que conocimos en Tabatinga, se ‘destapó’ y se puso a charlar sobre la situación política, social y económica de Europa y Latinoamérica.

No le importó que le cambiemos el nombre (Koleos), al contrario, estaba entusiasmado porque le prestábamos atención. David, Ricardo y Gabriel se quedaron con él exponiendo sus puntos de vista.

El resto preferimos ir a descansar, el tema de conversación, además de vaticinar un futuro nada alentador del mundo, desentonaba con las canciones alegres de la orquesta y la belleza de constelaciones como Orión y Escorpión, que se mostraban especialmente radiantes.

Al llegar al dormitorio reparamos en Santiago, quien yacía acostado en una misma hamaca con la indígena amazónica. Todo este tiempo habían ‘vacilado’, la romántica escena nos hizo pensar si la madre soltera tendría la oportunidad de darle un padre a su hija y de vengar el abandono del progenitor de la pequeña. No nos quedó más que hablar del ‘Vengador Mestizo’”.

Publicidad Externa

Ecuador TV

En vivo

El Telégrafo

Noticias relacionadas

Pública FM

Social media