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El Telégrafo
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Entrevista

‘La idea es romper con lospoderes fácticos rentistas’

‘La idea es romper con lospoderes fácticos rentistas’
24 de marzo de 2014 - 00:00

En cada uno de los 7 años que Carlos Marx Carrasco dirigió el SRI logró establecer un récord de recaudación de impuestos que en 2013 llegó a 12 758 millones, un 173% más de lo registrado cuando inició su gestión. Antes de su designación como ministro de Relaciones Laborales, el funcionario habló con EL TELÉGRAFO sobre el último gran trabajo del SRI destinado a establecer el porcentaje de componente nacional de la producción de las empresas locales, se mostró partidario de crear una ley de desarrollo industrial y de transformar el modelo de desarrollo y de consumo, en el que —dijo— no debería haber cabida para quienes trabajan solo en la búsqueda de renta (rent-seekers).

¿Cuál es la importancia de determinar el componente nacional?
Es indispensable para definir las políticas de sustitución de importaciones, desarrollar la industria nacional, incorporar valor agregado nacional, etc. Hay que saber quién es quién, hay que conocer cuánto de verdad existe en cada uno de los sectores de la economía a lo largo de la cadena de valor con respecto a la incorporación de componente nacional.

Hemos diseñado una metodología sobre la base de las declaraciones del conjunto de contribuyentes que son proveedores del sector público, particularmente sociedades, retrocediendo 6 momentos en la cadena de valor. El número de empresas (analizado) alcanza 136 369, pudiendo estar más de una vez la misma empresa. De ahí hemos establecido que la media total ponderada de componente nacional es del 53,42%, incluyendo factores como costos financieros, depreciación y ganancia. Si hiciéramos el ejercicio —que resulta bastante complicado— de quitar esos componentes, el contenido nacional resultaría menor.

¿Una vez determinado el contenido nacional cuál es el siguiente paso?
Estamos trabajando para continuar depurando la metodología. Esta es una primera aproximación, tenemos una línea base y se podría decir: ‘Es un objetivo estratégico del Estado en los siguientes 4 años, por ejemplo, aumentar 10 puntos el componente nacional’. Ahí no importa mucho que ese valor esté inflado porque ya sé cuánto tiene cada sector y, siguiendo esta misma metodología, ya sé a cuánto tendrá que llegar cada uno. Eso nos serviría, por ejemplo, para definir si se da un incentivo o si se cobra un impuesto a determinado sector. Debo reconocer que a lo largo de la historia económica ecuatoriana hemos dado ‘palos de ciego’. No sabíamos cuál era la verdadera situación, qué política de incentivos y qué política de impuestos se podía aplicar.

¿Cómo aprovechará el Gobierno toda esa información?
La idea central es salirnos del modelo primario-exportador hacia un modelo de incorporación de valor agregado, hacia una economía del conocimiento, la ciencia y la tecnología, pero en la mitad de esos 2 modelos está algo que se llama rentismo. El rentismo es, por ejemplo, gozar de una posición monopólica porque ahí no importa agregar valor. Se podría decir: ‘Si soy el dueño de la cancha, la pelota y el árbitro no importa, a mí me compran porque me compran’. Esa política algo timorata, pero equivocada, se ha mantenido durante largo tiempo y la idea es romper con los poderes fácticos rentistas. Si continúa el modelo rentista de premiar al importador, de premiar al monopolio, la matriz productiva no cambiará. También hay que cambiar la matriz de consumo, tema del que no se ha hablado lo suficiente o casi nada. Si es que el ciudadano prefiere el producto extranjero al nacional tiene que cambiar ese componente cultural, pero por decreto no se cambia el consumo, ese es un problema de educación cultural.

En breve
Carlos Marx Carrasco
Es economista por la Universidad de Cuenca. Tiene maestrías en Planificación y Financiamiento del Desarrollo (Italia) y en Desarrollo en América Latina (España) y un doctorado en Economía y Derecho (España).

Las compras públicas contribuyen al consumo de productos que muchas veces son importados. ¿Ahí qué papel jugaría el Estado?
Es el que debe ir dinamizando, direccionando, pero el propio Estado no puede hacer el ‘haraquiri’ del cambio de matriz productiva comprando siempre productos importados. El tema es extremadamente duro y tiene un fuerte componente político en la medida en que hay que afectar intereses rentistas. Cuando hace unas décadas se aplicó el modelo de sustitución de importaciones se consolidó el rentismo, se dieron beneficios (a ciertos sectores) sin una metodología de rendición de cuentas (…). Si se da protección, esta debe ser inteligente y temporal, medible. Ese tipo incentivo, en mi opinión, debe ser temporal y bajo un estricto mecanismo de rendición de cuentas.

¿El Gobierno está planeando implementar este tipo de mecanismos?
Para eso es esto. Lo importante es que manteniendo esa línea base y la metodología es posible mirar cada año, cada 2 años, cada 5 años, qué está pasando con un sector, una rama, una empresa y se va midiendo. Hay sectores que durante años no han incorporado contenido nacional. Debe haber una medición costo-beneficio, se debe saber cuánto le cuesta a la sociedad proteger a determinado sector.

“Nuestro modelo de desarrollo debe ser con cero rent-seekers, ahí puede estar la clave”

Ustedes señalaron, por ejemplo, que en el caso de los supermercados solo el 50% de los productos es nacional. ¿Por qué ocurre eso?
Uno va por las estanterías y encuentra productos que uno aspira a que sean hechos en Ecuador. Por ejemplo, hay yuca frita hecha en Estados Unidos con la mejor yuca de Macas. ¿No podemos freír yucas o papas? Alguien me reclamará por la soberanía del consumidor, pero vamos a seguir importando si no hay cambios en los hábitos culturales y si es que en la estantería siempre encontramos productos importados y los ecuatorianos están ubicados en una estantería de segundo orden, donde se ven menos. Existe la necesidad de consolidar la identidad nacional y parte de la identidad debe ser consumir lo nuestro porque es mejor. Hay un eslogan que dice: ‘Mejor si es hecho en Ecuador’.

Yo propondría: ‘Mejor si es bien hecho en Ecuador’ y todavía más: ‘Mejor si es bien hecho y más barato en Ecuador’. Esa es la clave: hacerlo bien y a precios competitivos. Debe haber un cambio cultural, no creer que porque un producto es importado es mejor. El cambio cultural debe ser un eje transversal.

“En algunos temas hemos hecho más (que antes) e, incluso, mejor, pero no con políticas diferentes”

Si el tema del componente nacional es fundamental, ¿por qué se lo está midiendo después de 7 años de Gobierno?
Existe una constatación mucho más fundamentada de la realidad. El propio presidente (Rafael Correa) dice que en algunos temas hemos hecho más (que antes) e incluso mejor, pero de lo mismo. No hemos hecho más y mejor, pero con políticas diferentes. Quizá lo que da la fuerza que no teníamos antes es el sentido de patria y un proyecto nacional con identidad que es lo que recién estamos consolidando. Y tenemos un norte que está en la Constitución, el Plan Nacional de Desarrollo y las leyes secundarias, eso no lo teníamos y ahora sí. Hoy queremos un desarrollo industrial porque es lo más elemental desde el punto de vista económico, mucho más cuando tenemos una economía dolarizada. Si es que no cambiamos la matriz productiva, la dolarización tendría sus días contados. ¿Qué tal si cae el precio del petróleo? ¿Se puede sostener una estructura de consumo como la que tenemos con bajos precios de petróleo? No se puede. ¿Se puede sostener una estructura industrial manufacturera y de exportaciones, agregando poco valor, con una falsa industria, con bajos precios del petróleo? No se puede. ‘Hará agua’ el sector externo y entrará en crisis. Eso impactará en el sector fiscal.

¿El Gobierno tiene planeado impulsar alguna ley para fomentar la industria?
Se trata de llegar a eso. Yo sería partidario de (proponer) una ley de desarrollo industrial para hacer todo en el ámbito científico, tecnológico, arancelario, impositivo, de incentivos, para marcar una ruta, pero con reglas clarísimas y compromisos para todas las partes. Creo que las políticas deben ser evaluables, sometidas a rendición de cuentas, se debe marcar la temporalidad para la que se aplicarán y las políticas deben ser cero rentistas. En inglés hay la palabra rent-seekers para los buscadores de rentas. Nuestro modelo de desarrollo deber ser con cero rent-seekers, ahí puede estar la clave.

 

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