Ecuador, 21 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

¿Necesitamos un diccionario de ecuatorianismos?

¿Necesitamos un diccionario de ecuatorianismos?
27 de julio de 2015 - 00:00 - María del Pilar Cobo, Correctora de textos y lexicógrafa

Entre el 20 y 21 de julio se desarrolló en Quito el Congreso de Ecuatorianistas, en el que participé con una ponencia sobre la literatura como fuente en el diccionario de ecuatorianismos de Carlos Joaquín Córdova. Esta obra, titulada El habla del Ecuador: diccionario de ecuatorianismos, es el mayor referente lexicográfico con el que cuenta nuestro país. Está compuesta de tres tomos y aproximadamente diez mil palabras, y reúne, como indica su nombre, vocablos que están presentes en nuestra variante ecuatoriana. A raíz de mi exposición, surgió en el aula una discusión acerca de la importancia de que cada país cuente con un diccionario de su variante, desligado (o complementario) de los diccionarios generales, sobre todo del de la Real Academia Española.

El habla del Ecuador..., como comentaba, es el gran referente de nuestros ecuatorianismos; sin embargo, al Ecuador todavía le hace falta un diccionario académico que registre y fije las palabras y los usos propios de nuestra variante. Con académico no me refiero solo a la Academia Ecuatoriana de la Lengua, sino a la academia en general, como universidades u otras instituciones. En su diccionario, Córdova trabajó prácticamente solo por más de veinte años. Durante su trabajo registró en papeletas, cuidadosamente y con gran pasión, miles de palabras que conforman el habla de los ecuatorianos; pero, aunque grandiosa, esta labor solitaria no es suficiente porque termina siendo, en muchas ocasiones, subjetiva.

Para trabajar un diccionario hace falta un equipo de investigadores, lexicógrafos, lingüistas y colaboradores que dediquen mucho tiempo a esta tarea. Hace falta pasearse por el país y registrar el habla que se mueve por las calles, por los chaquiñanes, por los caminos, por el bosque... Hace falta que un ejército de apasionados por la lengua esté atento a cada uso y lo registre para luego evaluarlo en cuanto a ecuatorianismo. Se necesita construir un corpus que sirva para saber dónde se usan las palabras, en qué contextos, desde cuándo, y cómo los usos y las expresiones han evolucionado. Asimismo, se precisa contrastar aquellas palabras o expresiones que consideramos exclusivas de nuestra variante con el resto de variantes, para saber si se trata de un ecuatorianismo, de un americanismo o de un vocablo del español general. Y, luego de este trabajo de campo, hay que fijar la estructura que tendrá nuestro diccionario, aquello que en lexicografía se conoce como ‘planta’. La tarea, como vemos, es larga, costosa, pero muy muy apasionante. Y aun así, después de este trabajo, seguro quedarán fuera muchas palabras porque la lengua camina más rápido que los textos.

Contar con un diccionario académico que registre nuestra variante no es un capricho ni un acto de rebeldía. No, es un acto de responsabilidad y compromiso con nuestra cultura, es reflejar lo que somos mediante nuestra habla, nuestros conceptos, nuestros mestizajes, nuestra forma propia de ver el mundo. De hecho, si bien una institución como nuestra Academia de la Lengua debería ser la que liderara este trabajo (que lo está haciendo), el aporte y las propuestas deberían salir también de nosotros, de quienes usamos las palabras todos los días, porque es en nuestra cotidianidad donde se forjan nuestra lengua y nuestra identidad.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media