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El alero de las palomas sucias
Happening
Pero qué es eso. Un murciélago a pie. Un drog sin alas. Un campeón de surfeo en formato bonsái. Un pedazo de superman emergiendo de una tonelada de kriptonita. Sebastián-de-benalkázar en patineta llegando a fundar Sanpanchitodetoki? No acertaron una, lokitos. Yo soy nada menos que yo. Ay am nada menos que Ayam. Je suis moá en fransoa. Dicho en pagano, yo soy Demon en persona. En kuerpo entero. En vivo y en directo.
Mírenme sin amilanarse. Pálpenme con las pupilas y, si gustan, con los dedos, que no muerdo. La que muerde y envenena o hace cosquillas y arrulla es mi lengua. Pues, aquí me tienen, socios. Soy el Verbodivino. Soy todo vuestro. Soy el King del javi-metal y el jip-jop. El justiciero galáctico en la edad del cuero. El zorro sin antifaz ni pretensiones malosas. Soy, en concentrado, Robinsoncrusoe con la isla al hombro. No soy pitepan, no se equivoquen, mis infeligreses. Soy Piterrrpan en versión underground. Más bien dicho, soy Nosferatu, el dueño de la zhona muerta. El hijo mimado de Caín.
El kinto y último jinete del apocalipsis. Mi caballo galopa dentro mío y el látigo sigue cada vez más vivo en este mi verbo. Y, para no alargar el asunto que el tiempo no es mi amigo, yo soy nada menos ni nada más que eeeeel Rokiiiiii. El que las sabe todas y casi de nacimiento. El quevio el fuego consumiendo las ciudades malditas. Dicen que un cíclope andariego pasó por estas tierras y como las encontró inhóspitas siguió su camino directo hacia el océano. Nada se hubiera sabido de su paso si no era porque se borró echando al cielo un soberano escupitajo, léase, esperma al aire. Pues, aquí me tienen, colegas, soy vástago de un cíclope. Acérquense, tomen asiento, ya sea en el aire o en el suelo, que está limpio aunque no se lo note. La calle es libre y disponible y eso los señores guardias metropolitanos lo tienen bien metido en la tutuma.
De todos es nuestro el esmog, incluso del padre celestial que siendo estéril tuvo esta billonada de hijues. ¿Qué quieren escuchar del pico de oro, como me apelan en el conosur? ¿Una de Western-unión con el dolar agujereado ?, ¿una de tombos yanquis a falta de hamburguesas devorando blacks ? ¿Una tres equis hecha con silicona y lágrimas? O, simplemente, un episodio de mi safari, de mi readmovie, por el mundo de engendros colados a la mamá. O, de frente, quieren que les embelese con una de zombis sedientos atravesando el reino de Toki. Zombis penetrando en la Foch babeantes de carne fresca, carne viva, carne al dente, ahí, a la mano. Mi verbo es vuestro y por supuesto la tarifa es libre tanto como es libre todo exconvicto. Acepto tarjetas de crédito, claro que con su código. Acepto cheques de caucho que le encantan al licenciado garfio, el que tiene su contaduría en la cresta de Sandiego.
Acepto billuzos aguiñapados que la plata no vale por la pinta sino por lo que pinta. No acepto lágrimas negras ni puñaladas en la jiba. Tomen asiento que empieza la misa negra. Agárrense fuerte de las coderas que el camino es culebrero y muy especiales los efectos especiales. Y en vista de que nadie escoge ningún tema, damitos y caballeras, lo escogo yo por ustedes. Por ejemplo la historia de la francesa que tuvo cinco hijos y conforme venían al mundo a todos los enrollaba como a taco mejicano, antes de colocarlos en orden de estatura dentro de una congeladora. O la historia de Jaksonjym, el condenado a muerte que después de sacarse con las uñas el ojo derecho se lo comió y se quedó ciego ya que dos años antes se había comido el izquierdo.
Pero por qué se me ríe en la cara, socio. O es que en su family no hay nadie que se encuentre en el callejón sin salida. Pero, acérquese señora, que no como, yo bebo, yo chupo sangre siempre que no sea transgénica. Yo soy Drácula Kordero y Kordero. Licenciados, no huyan que la culpa no tiene alas o siempre anda a la delantera.
Vengan, entren, abran sus espíritus para que circule la luz de mi verbo y les extraiga intacta y completa la malaria. Bueno, ha sonado la campanilla por tercera vez, así es que se abre el telón y empieza el primer acto, no sin antes dejar claro lo que puede estar oscuro: si me he torsidesnudado no es para exhibir mis encantos y con ello estimular carteras y bolsillos. Yo vivo de honorarios no de limosnas y los que caminen por el callejón de los milagros, pues que despejen la cancha, que dejen el puesto para que otro más enchufado disfrute de los colores de mi verbo. Mi cuerpo, como el del acróbata o de la bailarina o del boxeador, es parte de mi número. Igual, mi verbo es parte de mi cuerpo y a un jeme de mi ombligo está vivo y cabalgando mi corazón.
En otras palabras soy por entero arte, espectáculo, pieza única. Pieza irrepetible. Este torso, este pecho, este cuervo que me brinca en el abdomen, esta cabeza de sansón servida en bandeja, no les volverá a suceder nunca más en la laif. Aunque quizá sí en los sueños. Por algo será que en mis sueños ustedes sí me suceden. Y ahora sí, con las debidas disculpas por los claxonazos y demás estridencias, voy al grano, como dicen que dicen los dermatólogos.