Gabriela Verdezoto viajó durante 2 años y medio por varios países. Lo hizo sin un cronograma ni fecha de retorno. Se aventuró primero por Sudamérica y después por Europa. La solidaridad de algunos mochileros le abrió las puertas para conocer diferentes culturas y paisajes.

Al igual que Gabriela, Leslie Riofrío y Santiago Santillán decidieron conocer el mundo adentrándose en cada país a través de la convivencia directa con los locales. Estos trotamundos no siguen un cronograma, se guían por las recomendaciones de otros viajeros o de los propios pobladores.

Gabriela, en su primer viaje, recorrió Colombia, Perú, Bolivia, Argentina y Uruguay. En una de sus travesías conoció a otro viajero, al francés Reny Pons. Hoy, él es su esposo y esperan un bebé. Juntos decidieron aventurarse por segunda ocasión por Bélgica, España, Francia, Italia, Holanda, Alemania, Suiza, Principado de Liechtenstein, Australia, Eslovaquia, Polonia y República Checa.

Esta vez, para facilitar su movilización y disminuir los gastos, compraron una casa rodante, pues en Europa —asegura Gabriela— hay estacionamientos para este tipo de carros donde pueden abastecerse de agua y electricidad para las baterías.

Su último viaje, también como mochileros, fue al Camino de Santiago de Compostela, ubicado en España. En medio de un ambiente tranquilo, Gabriela y Reny caminaron 1.300 km en 77 días. Aunque es concebido como un peregrinaje hasta llegar a la ciudad de Santiago de Compostela, donde están los restos del apóstol Santiago el Mayor, muchos trotamundos optan por esta ruta para reflexionar, hacer ejercicios o simplemente para conocer el lugar. Cargando 10 kilos en la espalda, la pareja utilizó este tiempo para detenerse y analizar todos los lugares que habían visitado.

Otro viajero sin rumbo fijo es Santiago, quien salió a conocer el mundo desde mayo de 2014, y aún no vuelve de su aventura. Desde hace 3 meses se encuentra en Aarhus, Dinamarca.

El primer lugar que visitó fue Perú. Una noche tomó un bus desde Quito a El Coca. Desde ahí se embarcó en una lancha por el río Napo y viajó todo un día hasta llegar a la frontera con Perú. Pasó por Nuevo Rocafuerte, Cabo Pantoja e Iquitos, todos en la zona.

Los viajes en lancha se extendían hasta 5 días. Conoció lo más puro y natural de la Amazonía.

“Los paisajes son únicos e impresionantes, al igual que los animales exóticos”, dice Santiago. Además vio delfines rosados y grises, anacondas, cocodrilos, monos del tamaño de una mano, loros y más.

Continuó por el río Amazonas hasta llegar a la trifrontera entre Perú, Colombia y Brasil. Conoció Santa Rosa de Yavarí, Leticia y Tabatinga, respectivamente.

El viaje, hasta este punto, duró un mes, y asegura que gastó alrededor de $ 400. Desde allí se dedicó a descubrir Brasil.

Recomienda visitar lugares como Recife, capital del estado de Pernambuco, ubicada al noreste del país. Es una playa extraordinaria donde encontrarás corales, piscinas naturales donde puedes nadar cerca de especies marinas, manglares, olas para surfear y más.

Otra playa que le encantó es Salvador de Bahía, a su gusto, esa es la ciudad más bonita de Brasil porque está llena de cultura. En sus calles se puede ver a la gente haciendo capoeira, macumba o vendiendo la Cachaça, que es una de las bebidas más famosas de Brasil obtenida con la destilación del jugo de la caña de azúcar fermentado, cuenta el viajero.

Santiago visitó innumerables lugares más a lo largo de Brasil como el Parque Nacional Chapada Diamantina y Sao Paulo. Salió de viaje con $ 3 mil y para que ese fondo no se acabe empezó a vender jugos en unas escalinatas. Después de quedarse 6 meses en Río de Janeiro, viajó a Europa por la invitación de un amigo. En unos meses espera viajar a lugares como Ámsterdam, Roma, Atenas y Berlín, después de trabajar un tiempo y reunir más dinero.

“Todo es posible. La gente piensa que debe tener muchos ahorros para hacer cosas grandes, pero no es así, porque hay varias formas de conseguir las cosas, siempre y cuando trabajes y te esfuerces por tus sueños”, dice Leslie, quien costeó sus aventuras con mucha creatividad.

Creó un club de subscriptores a quienes les vendía postales de sus viajes con historias del lugar visitado. “Marca una diferencia cuando te ves obligada a generar dinero durante el viaje, además te deja una experiencia positiva porque te permite entrar en contacto realmente con la gente local. En estos viajes dependes de los ahorros, así que mientras mejor los utilices más durará tu aventura”, agrega Leslie.

Viajando como mochilera ha visitado la India, Europa y Marruecos. Su último viaje duró 9 meses y visitó Bolivia, Argentina y Chile. Aunque la idea inicial era llegar a México, en el camino conoció a Jonathan Velásquez, de El Salvador. “Se podría decir que cambié mi ruta por amor”, comenta Leslie. Aún siguen juntos y esperan un bebé.

Portales web como caronabrasil.com o couchsurfing.com les permitieron a estos viajeros contactarse con otros aventureros del mundo para facilitar su llegada a diferentes países. Los residentes de cada lugar les ayudan a conseguir espacios donde dormir que, en la mayoría de los casos, son gratuitos. Por ejemplo, Leslie gastó $ 200 en alojamiento durante 9 meses de viaje.  

Además de recomendar aventuras por el mundo y caminatas por lugares poco conocidos o promocionados en las agencias de viajes, Gabriela asegura que experiencias como estas le enseñan a vivir con lo mínimo. “En la vida cotidiana la gente se complica porque vive con cosas que no son necesarias. Con estos viajes uno aprende a dejar de lado lo que no necesita. Además, aprendes a respetar a los demás, a compartir y a ser solidario. Es una gran opción si quieres conocer el mundo preguntando”, agrega Gabriela.  

“Recomiendo que vayan a cualquier lugar porque en todos los países y en todas las ciudades se encuentran sitios maravillosos. Es importante que se den un tiempo de su vida para realizar un viaje sin destino y sin prisa”, dice Leslie.

Aquellos lugares en el exterior predilectos por los ecuatorianos

Estados Unidos, Perú y España son los destinos más escogidos por los ecuatorianos, según un informe del Ministerio de Turismo. Durante 2013, 1’137.875 ciudadanos viajaron al extranjero, mientras que en 2014 se contabilizó 1’278.481.

Una de las temporadas más altas en el sector turístico son junio, julio y agosto. Las vacaciones escolares son la principal razón. En esta época del año las promociones escasean porque —independiente de ello— la demanda es alta.

Según Mario Yépez, asesor de ventas de paquetes turísticos, los parques temáticos de Orlando, Estados Unidos, son algunos de los lugares predilectos de las familias ecuatorianas. Además de sus atractivos, agrega, su clima en esta época del año llama a turistas de todo el mundo, pues se encuentran en verano.

México, Perú y Panamá también son destinos muy visitados, dice Yépez, sobre todo por aquellos viajeros que no cuentan con la visa norteamericana. Destaca que en estos meses muy pocos viajan al sur del continente, como a Chile, porque se encuentra en invierno.

En 2014 se registraron 484.933 viajeros con destino a Estados Unidos, a Perú 224.187, a España 100.694, a Colombia 102.327, a Panamá 69.573, a Argentina 38.666, a México 33.350, a Chile 29.078, a Italia 23.362 y a Brasil 21.728. Estos son los 10 destinos predilectos de los ecuatorianos.

Además, el 83% de los viajeros que salen al exterior lo hace por vía aérea, mientras que el 13% lo hace por vía terrestre.