La huelga de hambre que se vive en las cárceles californianas ha entrado en una fase crítica para la salud de los presos, cuando se cumplen hoy 52 días de una protesta que reclama mejoras sustanciales en las condiciones del régimen de aislamiento.

Los equipos médicos que atienden a la comunidad carcelaria en este Estado reconocen su inquietud por el deterioro físico que están sufriendo los reos que desde el pasado mes de julio se niegan a comer, 42 en total.

A esa cifra se suman otros 21 que llevan menos tiempo rehusando alimentos. “Nos preocupa que los presos puedan entrar en paro cardíaco. Esto puede ocurrir repentinamente, sin que haya una señal de alerta”, dijo la portavoz de los Servicios Sanitarios de los Correccionales de California, Joyce Hayhoe.

La pérdida de peso, la debilidad física y la deshidratación son los síntomas presentes en los huelguistasPor el momento, la pérdida de peso, la debilidad física y la deshidratación son los síntomas más presentes en los huelguistas que sí toman agua y bebidas isotónicas y cuya lucha y pugna con las autoridades penitenciarias no parece estar cerca de concluir.

Si el gobernador Jerry Brown o el Departamento de Prisiones y Rehabilitación de California (CDCR) no se sientan a negociar sus demandas “ellos están comprometidos a continuar”, explicó Isaac Ontiveros, representante de la coalición Solidaridad con los Presos en Huelga de Hambre, creada para hacer público el mensaje de los reclusos.

Lejos de ablandarse ante la que es ya la huelga de hambre masiva más larga en la historia de las cárceles de California, CDCR se ha mostrado dispuesto a imponer castigos a los participantes en este plantón.

CDCR insiste en que la huelga es una campaña “organizada por pandillas” y que “algunos reos están siendo presionados a participar en esta acción”, por lo que aplicaría la legislación estatal que prohíbe cualquier actividad que altere la normalidad de las cárceles.  

No obstante, se ha comenzado a revisar los casos de los reclusos que residen en cárceles donde ningún preso ha renunciado a comer. (EFE)