A principios de septiembre de 2015  Jordan R., de 6 años, fue secuestrado en la provincia de Los Ríos, mientras caminaba hacia la casa de su abuela.

La familia del menor, de inmediato, recibió una llamada a través de la cual personas inidentificadas exigían el pago de dinero a cambio de devolverlo.

La Unidad Antisecuestro y Extorsión de la Policía (Unase) fue alertada enseguida lo cual favoreció encontrar la pista de los delincuentes que lo trasladaron hasta la zona de Caguango en Cayambe, en el norte de la provincia de Pichincha.

El operativo montado fue rápido ya que, explicó un oficial entrevistado, la prioridad principal es salvar a la persona cautiva, por eso se planifica todo en detalle, “la intervención tiene que ser perfecta porque está en riesgo la vida de una persona”.

De esta manera pudieron rescatar a Jordan en menos de 72 horas y capturaron a la persona que lo plagió. Al pequeño lo devolvieron la misma noche a su padre Jorge R.

Otro caso similar fue el de Mateo, de 12 años, quien fue raptado a pocos metros de su casa por 3 hombres que se bajaron de un vehículo, quienes empujaron a su hermana menor a un lado y se lo llevaron.

En aquella ocasión el ministro  del Interior, José Serrano, dijo que alrededor de 200 policías fueron desplegados en las 72 horas del secuestro, lo cual permitió rescatar al niño y entregarlo a la familia Acosta que agradeció la labor policial.

Estos 2 casos son parte de los 18 que se presentaron en 2015 y que fueron resueltos en su totalidad por los agentes de la Unase. A éstos se suman 141 raptos de la modalidad ‘express’ y 7 simulaciones de plagio.

“No podríamos decir que el secuestro es un delito que esté incrementándose a pesar de que en 2014 se produjeron 14, ya que la unidad tiene un promedio de efectividad del 100%”, indicó el jefe de la Dinased, coronel Víctor Aráuz.

El oficial comentó que al secuestro no se lo podría considerar una tendencia delictiva, ya que se manifiesta aisladamente en diferentes provincias, donde persisten delincuentes empecinados en cometer estas faltas.

Por eso hay que estar atentos, “es importante que las víctimas denuncien inmediatamente a la Policía, ya que tenemos un equipo profesional considerado el mejor de la región en la resolución de este tipo de casos”.

Aráuz comentó que la normativa vigente también ayuda a controlar este delito, ya que la pena para el secuestro extorsivo en el COIP es de 10 a 13 años de prisión.
 Sin embargo, los casos de extorsión experimentaron una pequeña alza, ya que en 2015 se registraron 450 casos, mientras que en 2014 se denunciaron 432 y en 2012 la Policía receptó 516.

Los extorsionadores se aprovechan de la ingenuidad de las personas ya que muchas veces las amenazas se refieren con hacer pública información íntima de las víctimas o amenazas telefónicas o por redes sociales.

El cabo Miguel Solís recordó el caso de una mujer a la que su expareja amenazaba con publicar fotos de ella desnuda, a cambio le pedía  dinero o favores sexuales, pero gracias a que la víctima venció el miedo y la vergüenza denunció el hecho y los agentes apresaron a Washington M., en la terminal terrestre de Guayaquil, cuando esperaba recibir el dinero que exigía.

En lo que respecta al secuestro exprés en 2015 se registraron 142 denuncias, de las cuales se resolvió el 97%, “por lo general esta falta es cometida por personas en taxi pirata, la gente debe verificar esos carros antes de subirse”, dijo el subdirector de la Policía Judicial, Ramiro Ortega. (I)