"No hay rejas que impidan volar con el pensamiento"

“Nunca desees el mal a otros, ni aún a tus enemigos. Los pensamientos negativos vuelven y destruyen a quien los tiene”. Esta es una de las frases más relevante y a la vez citadas del libro ‘Sangre de Campeón’, escrito por el mexicano Carlos Cuauhtémoc Sánchez.

En 2001 esta brillante obra alcanzó el sello best seller y se convirtió en un clásico de la literatura latinoamericana. Sus 143 páginas están llenas de lecciones morales, éticas y exhortaciones al rescate de valores, por lo que su presencia en  bibliotecas públicas, escolares y universitarias, es imprescindible.

Otro lugar donde tampoco puede faltar este tomo es en el Centro de Rehabilitación Social (CRS) y reformatorios para menores de edad. Uno de ellos el CRS Cotopaxi, ubicado en la provincia del mismo nombre, donde Mario Ch. permanece más de dos años. Pese a que logró entablar una fuerte amistad con personas privadas de la libertad (ppl), él ha encontrado en ‘Sangre de Campeón’ un verdadero aliado.

“Creo que uno de los factores que me han unido a esta obra es el sentirme identificado con las vivencias que allí se detallan. Quien escudriña las páginas de cualquier libro encontrará oro y diamantes escondidos entre letras”, señala.

A más de inculcar en el joven sabiduría, paciencia y prudencia, esta obra literaria colocó recientemente su nombre en un sitial muy alto. A inicios de febrero del presente año Mario ganó el primer lugar del Concurso de Libro Leído, certamen organizado por los ministerios de Educación y Justicia, y amparado en el artículo 704 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), en el cual se establece que en los CRS se organizarán actividades educativas de acuerdo con el sistema oficial.

“La lectura es la puerta a la libertad del pensamiento. Si bien los ppl están pagando sus errores con reclusión, esto no impide que retomen actividades formativas, como la lectura, algo que Mario se lo ha tomado muy en serio”, dice Mérida Garzón, del área educativa en la etapa de mediana seguridad.

Hasta este sector del penal fue trasladado hace pocos días, pero cuando ganó el concurso estuvo en la etapa de máxima seguridad. “Cuando ingresé al centro de reclusión en Quito, hace más de 10 años, yo sabía leer. No obstante fue dentro donde perfeccioné la secuencia lógica, sostenimiento de ideas, desenvolvimiento escénico y la capacidad de síntesis”, recuerda.

Cualidades del lector

Además de estas capacidades, durante el certamen Mario demostró una excelente locución y talento con la expresión corporal, requisitos indispensables de un lector u orador.

“El conjunto de todos estos factores logró que los oyentes nos imaginemos los hechos y personajes descritos en los textos explicados”, destaca Israel, amigo de Mario. El tiempo que los internos tienen para estar en la biblioteca es limitado, razón por la cual se aprovecha cada instante a fin de completar las lecturas diarias.

Cristian, de la etapa de mínima seguridad, obtuvo el segundo lugar en el concurso con el libro ‘Cien Años de Soledad’. Con los textos ‘Hamlet’ y ‘La Emancipada’ los ppl Pedro y María, ambos de mínima seguridad, se ubicaron en el tercer puesto.

Ellos también lograron el reconocimiento de los docentes, tutores y amigos, por su excelente capacidad de lectura, sentido crítico, creatividad y dominio escénico.

“No hay rejas que impidan volar  la mente y el pensamiento. Al estar recluidos, buscamos textos que nos motiven y den esperanza, además de reforzar los valores éticos que todos llevamos en el corazón, pero que por circunstancias de la vida a veces los dejamos de lado y pagamos un precio muy alto”, agrega Mario.

‘El Alquimista’ de Paulo Coelho, la ‘Constitución Nacional’ y ‘Biblioteca Ecuatoriana Clásica’, son otros textos preferidos por Mario. (I)