Lucía, víctima de ultrajes, no puede dormir horas seguidas

Cuando Lucía (nombre protegido) logra dormir, su esposo y sus hijos procuran que no haya ruido que pueda despertarla. El tiempo pasa y ellos esperan que poco a poco vuelva a ser la mujer alegre que era antes del 23 de enero de 2014 cuando 6 hombres participaron en su secuestro y 5 de ellos la violaron.

Zoraya Bohórquez, presidenta de la Asociación Ecuatoriana de Sicología jurídica y forense, manifestó que la mujer sufre de un trastorno de estrés postraumático que es provocado por situaciones como: exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza.

Los síntomas de este trastorno son la presencia de recuerdos angustiosos, recurrentes e involuntarios del proceso traumático. Además se manifiesta en sueños de las mismas características en los que el contenido está relacionado con el suceso;malestar psicológico o reacciones fisiológicas intensas al exponerse a factores  internos o externos que se asemejen a lo sufrido.

Otras manifestaciones de este trastorno son la evitación de recuerdos, personas, lugares, conversaciones actividades o que estén asociados a lo ocurrido.

Bohórquez explicó que la víctima puede tener alteraciones negativas cognitivas y de estado de ánimo, por ejemplo, incapacidad para recordar un aspecto importante del suceso, creencias negativas persistentes (estoy mal, no puedo confiar en nadie, el mundo es muy peligroso, etc.). Además una percepción distorsionada de las causas del hecho que pueden llevar a la víctima a sentirse culpable de lo ocurrido. También pueden sentir desapego de los demás.

Individuos sentenciados

Gina Jácome, fiscal de la Unidad Especializada de Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar, indicó que cerca de un par de meses después de lo que le ocurrió a ‘Lucía’, 5 de los sospechosos fueron detenidos en el mismo hostal donde se perpetró la violación. Ahí estaba encerrado un hombre que también se encontraba secuestrado y que al igual que ella conducía un auto caro.

Los 5 hombres considerados autores fueron sentenciados a 16 años de privación de libertad y el último, calificado como cómplice, a 8 años de prisión. Este trabajaba como guardia en el sitio de alojamiento donde se cometían los crímenes.

La funcionaria detalló que ‘Lucía’ fue secuestrada al caer la tarde cuando conducía por la vía a la Costa. Un carro le cerró el paso adelante y otro atrás. “Primero la llevaron a un hotel de Mapasingue (norte de Guayaquil), luego le hicieron sacar $ 5 mil de las tarjetas de crédito y la movilizaron hasta el hostal en el sur de la urbe”, explicó la funcionaria. En ese lugar la golpearon, la insultaron, le taparon los ojos y amarraron manos y pies con cinta de embalaje.

Luego, cerca de las 02:30, uno de los hombres abusó de ella. De ahí otros 4.Cada vez que uno la iba a ultrajar la obligaban a bañarse. ‘Lucía’ no podía ver nada. La fiscal destacó que la víctima en su denuncia describió muy bien la sensación térmica, olores y fisonomía de sus agresores y lo que pudo descubrir con sus manos como las características de la cama.

Al día siguiente la obligaron a firmar un cheque por $ 6 mil y los delincuentes regresaron a golpearla por que la firma no fue aceptada. Ella en su dolor les explicó que no podía hacerlo atada y sin ver. Así que le sacaron por un momento la cinta y ella logró verlos a todos. Por eso, cuando la Policía detuvo a los 5 por el otro secuestro, los reconoció. A la sexta persona la identificó en un álbum de fotos que le mostraron los agentes. Este fue detenido un mes después cuando tuvo un accidente de tránsito. Algunos de los individuos estarían implicados en otros secuestros y crímenes.

Según información de la Unidad de Gestión Procesal de la Fiscalía General del Estado, de enero a abril de 2015, en Guayas se consiguieron 32 sentencias por violación. El año anterior, 671 en todo Ecuador.

La fiscal Miriam Moncayo sostuvo que cuando una persona que ha sufrido una violación acude por ayuda, lo primero que hace la Fiscalía es darle asistencia psicológica. (I).