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Las localidades donde existe alta tasa de homicidios tendrán centros de menor complejidad

Las morgues antiguas serán clausuradas gradualmente

En la morgue de Yaguachi, creada en 1954, solo hay un mesón para hacer las autopsias. Foto: Carina Acosta / El Telégrafo
En la morgue de Yaguachi, creada en 1954, solo hay un mesón para hacer las autopsias. Foto: Carina Acosta / El Telégrafo
24 de julio de 2014 - 00:00 - Redacción Justicia

Un solo mesón, poca iluminación, paredes despintadas y llenas de moho, pisos sucios, un lavadero en mal estado y poco espacio, es el ambiente en el que deben practicar las necropsias los médicos forenses en el anfiteatro ‘Dr. Antonio Falconí’, construido dentro del camposanto, en el centro de Yaguachi (Guayas).

Estas condiciones se repiten en algunas ciudades como Milagro, Daule, Palestina, Balao, entre otras, según confirmaron algunos peritos que para evitar problemas con las autoridades de las jurisdicciones prefirieron mantener el anonimato.

El doctor Mario Loza, acreditado por el Consejo de la Judicatura (CJ) para esa actividad, y quien trabaja en la parroquia General Pedro J. Montero (Boliche), del cantón Yaguachi, comentó que las instalaciones del anfiteatro, construido dentro del cementerio de la localidad, son mejores que algunas situadas en cantones grandes como El Triunfo, por ejemplo.

“Sí tenemos agua, es un lugar limpio, bien pintado, hay 2 mesas para necropsias, buena iluminación. Pero no le estamos dando mucho uso al lugar porque los cuerpos se los llevan a las morgues de Yaguachi o Milagro. Máximo hacemos una autopsia al mes”, indicó.

Cuando un cuerpo no es identificado (NN), es enterrado en una fosa común en el mismo cementerio. “Lo malo es que nunca se llevó un registro. Siempre se encontraba cadáveres y como no contamos con frigoríficos, fueron enterrados. En los últimos años fueron unos 8 cuerpos los inhumados, solo se los podía tener 24 horas afuera”, manifestó.

Otro médico forense acreditado por la Judicatura reveló que en el cantón donde trabaja ni siquiera tienen agua para lavarse las manos después de los procedimientos. Para limpiar el cuerpo y el lugar deben ir a recoger el líquido de otros lados. Solo usan los guantes. Además emplean instrumentos obsoletos.

“Hay que mejorar el procedimiento. Algo tan básico como tener una cámara fotográfica para archivar la imagen de los NN para que luego puedan ser reconocidos. Además de frigoríficos para mantener esos cuerpos”, consideró.

También señaló que en las 2 primeras semanas de julio ejecutó 4 autopsias, pero hay semanas en las que no se practica ninguna. El médico legista indicó que pese a que tiene una maestría en Medicina Forense está dispuesto a capacitarse.

Muertólogos

En un recorrido por algunos de los anfiteatros de Guayas no se pudo comprobar las condiciones en las que funcionan, ya que, por ejemplo, en Daule y Milagro no permitieron el ingreso.

Fidel Peñaranda, médico forense de Naranjal y Balao, mencionó que en ambos sitios tampoco hay condiciones adecuadas para los procedimientos investigativos. “Nos llaman ‘abridores’ o ‘muertólogos’, porque solo abrimos los cuerpos para determinar las causas de muerte, pero ahí queda. Yo tengo una maestría en Medicina Forense y quisiera ir más allá”.

Peñaranda comentó que los 3 peritos que laboran en esas ciudades sí se han preocupado por llevar un registro de los cuerpos no identificados. “Les tomamos fotos y si después de 5 días no los han reconocido, los enterramos en una fosa común. Antes era en un callejón del cementerio, ahora hay un área específica para eso y ponemos los cadáveres en cajas donadas por el municipio”.

Añadió que en el sitio quedaron cuerpos de extranjeros cuyos familiares no tuvieron dinero para llevárselos.

Nuevos centros forenses

Santiago Velasco Andrade, director administrativo financiero de la Fiscalía General del Estado (FGE), indicó que entre los años 2012 y 2013 empezaron a funcionar 3 centros de ciencias forenses en Ambato (Tungurahua), Santo Domingo (Santo Domingo de los Tsáchilas) y Manta (Manabí). A estos se los denomina regionales, porque no solamente atienden las demandas del lugar donde fueron construidos, sino de cantones o provincias cercanas.

“Los cuerpos de otras ciudades no se trasladan hasta el centro regional cercano, sino las muestras para los análisis adicionales en los laboratorios de histopatología, biología, imaginología y de química forense. La pericia de tanatología, es decir, la necropsia, se realiza en los cantones respectivos”, explicó Velasco.

El fiscal Galo Chiriboga inauguró ayer un nuevo centro  forense en Machala (El Oro). Antes de que inicie el cuarto trimestre de 2014 empezarán a funcionar laboratorios similares en Esmeraldas (Esmeraldas), Lago Agrio (Sucumbíos), Cuenca (Azuay) y Loja (Loja). “Está un 90% avanzada la obra física. Ahora está el proceso de adquisición de los equipos forenses”, dijo.

A estos, agregó, hay que sumarles los laboratorios forenses de Quito y Guayaquil, que fueron construidos por el Ministerio del Interior, pero que está en análisis la coordinación y complementariedad. Adicionalmente está prevista la construcción de otros centros de investigación de menor complejidad, que solo cuenten con tanatología e imaginología con rayos X, para ciudades con un nivel elevado de muertes violentas como Quevedo (Los Ríos), Latacunga (Cotopaxi), Ibarra (Imbabura) y Santa Elena (Santa Elena).

“En estas ciudades ya hemos logrado la entrega en donación de los terrenos, de manera que si logramos coordinar con la Función Ejecutiva la asignación de los recursos que demanda la Fiscalía para los centros forenses, en el 2015 empezarían las construcciones”.

En cuanto a las morgues antiguas de los cantones, indicó que en algunas prácticamente se hacen las necropsias al aire libre y poco a poco serán imposibilitadas de funcionar. “No tienen características de bioseguridad, hay mucha contaminación a usuarios y familiares. Lo que corresponde ahí, antes de que podamos mejorar la infraestructura física, es homologar los procedimientos, aplicar los protocolos”.

Ibis Orejuela, jefe nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, infirió que “a medida que se vayan inaugurando los nuevos centros, las (morgues) que no cumplan las condiciones serán clausuradas”.

La funcionaria indicó que hasta  junio se habían ejecutado más de 800 pericias en los laboratorios regionales.
Destacó que contar con estos sitios de especialidades permite, por ejemplo en caso de que una persona se ahorque, tomar una radiografía de cuello para saber si fue suicidio u homicidio.

En consenso con instituciones como el Ministerio del Interior, el Consejo de la Judicatura, el Ministerio de Salud Pública, entre otros, se estableció un protocolo para el tratamiento de cadáveres, puntualizó la funcionaria.

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